El Centro de Predicción del Clima Espacial de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) informó sobre la llegada de una Tormenta Solar Geomagnética severa (clasificada como G5), la cual estaría afectando significativamente nuestra tecnología e infraestructura durante este fin de semana.
Asimismo, el Servicio de Clima Espacial México (SCiESMEX) del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señaló que en las últimas 48 horas se han producido siete tormentas solares, las cuales pueden afectar el campo magnético, así como los sistemas de telecomunicación, sistemas de posicionamiento global, navegación aérea y redes de generación y transmisión de energía eléctrica.
El SCiESMEX menciona que las tormentas solares son fenómenos naturales que ocurren regularmente, por lo que no es posible predecir cuándo sucederán eventos severos o extremos, similar a los sismos.
Si bien las tormentas solares pueden ocasionar problemas en los sistemas de telecomunicaciones, también pueden provocar la aparición de auroras boreales
Foto 1 Créditos X: Frontera Espacial
Pese a que este fenómeno es más común en regiones geográficas polares, tanto en el norte como en el sur, la tormenta solar de este 2024 ocasionó avistamientos de auroras en nuestro país, especialmente en los estados de Chihuahua, Zacatecas, Durango, Baja California, Sonora, Coahuila, Sinaloa y Nuevo León
Sin embargo, no todos los mexicanos tendrán el privilegio de ver este fenómeno, pues de acuerdo con los especialistas, solo los habitantes de la franja norte del país podrán disfrutar de este fenómeno natural
¿En qué año los poblanos vieron una aurora boreal?
Como lo mencionamos en el Universal Puebla el 14 de noviembre de 1789 dicho fenómeno fue visible en los estados que actualmente conocemos como San Luis Potosí, Puebla, Zacatecas, Oaxaca, Guanajuato, Jalisco y Veracruz.
Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, señalaron que en aquel año, la aurora boreal se produjo a una altura de entre 480 y 680 km, que es la altura típica a la que se producen las auroras rojas.