En la era Mesozoica, según la teoría de Edward Suess, todo el territorio mexicano estaba sumergido bajo las aguas del océano de Tetis, con la excepción de una delgada faja de terreno oriental de Chihuahua y una porción noreste de Durango.
Estas áreas formaban una unidad de tierras altas que penetraban en el océano.
Hace aproximadamente 70 millones de años, los movimientos tectónicos ocasionaron el surgimiento de lo que ahora es la República Mexicana, transformando el océano de Tetis en zonas desérticas con grandes depósitos de sal en su superficie.
En las zonas áridas del norte del país se han recolectado numerosos fósiles de animales, como huesos de dinosaurios y mamuts, caparazones de tortugas, vegetales petrificados y dientes de Helicoprion.
Pero eso no es todo, pues en la zona centro del país, en la mixteca poblana de Xochitlán, Yaonáhuac. Nanacatlán, se han hallado fósiles marinos
Aunque esta teoría suene descabellada, el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, sostiene que el mar de Tetis sí existió y en él habitaron arrecifes de corales y una gran variedad de animales marinos como esponjas, ostras, moluscos y crustáceos
Asimismo, en su estudio menciona que hace unos 200 millones de años, el supercontinente Pangea comenzó a fragmentarse en dos subcontinentes: Laurasia al norte (incluyendo lo que ahora es Norteamérica y Europa) y Gondwana al sur (comprendiendo África, Australia y el sur de Sudamérica).
Esta fractura de Pangea fue un proceso lento que resultó en la formación del mar de Tetis, un antiguo cuerpo de agua situado entre Laurasia y Gondwana. El último punto de contacto entre estos subcontinentes se ubicaba en lo que hoy conocemos como México, que entonces era una combinación de tierra y mar.
Más tarde, en regiones que hoy en día son desiertos, como Chihuahua, Coahuila, Oaxaca y Puebla, surgieron nuevos mares que facilitaron la migración de especies.
En estas áreas, en rocas contemporáneas pero de ambientes distintos, se han recolectado fósiles tanto de reptiles marinos prehistóricos como de dinosaurios.
Actualmente, existe evidencia de que este mar existió y lo puedes encontrar a 2 horas y 30 minutos del Centro Histórico de Puebla, en una comunidad llamada San Juan Raya, ubicada en el municipio de Zapotitlán Salinas.
Para llegar a esta comunidad en vehículo propio se accede a través de la carretera número 125 (Tehuacán - Huajuapan de León, Oaxaca), a solo 47 kilómetros de la ciudad de Tehuacán, Puebla.
En cambio, si prefieres moverte en transporte público, primero llega a Tehuacán. En la Terminal de Autobuses Josefa Ortiz de Domínguez, entre 5 y 3 Sur, toma el autobús a Santa Ana Teloxtoc.