En unos días, en la ciudad de Puebla se va a inaugurar la Central Camionera del Sur, un proyecto que llega 36 años después de la creación de la Terminal Central de Autobuses de Pasajeros de la Ciudad de Puebla (CAPU) que tanta nostalgia genera entre los poblanos.

Con motivo de este hecho que marcará la historia de la ciudad, El Universal de Puebla entrevistó a Fernando Rodríguez Concha, uno de los arquitectos que participó en el diseño de ese espacio y otros más en Angelópolis.

La historia de la CAPU, recuerda el maestro emérito de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), surgió de la necesidad de descentralizar la llegada de autobuses al Centro Histórico.

Fue el entonces presidente municipal Jorge Murad Macluf quien proyectó en 1983 resolver esa necesidad en la ciudad, creando una nueva terminal.

A los concesionarios de empresas de autobuses les tocó liderar el proyecto que comenzó con adquirir campos de cultivo que estaban donde hoy está la central.

Un dato curioso es que también se planteó hacerla donde hoy está la Central de Abasto, pero se pensó que la autopista sería un obstáculo importante y se hizo del otro lado de la vialidad.

La Terminal de Autobuses de Pasajeros de Oriente (TAPO) se había creado en 1978 y sería la oportunidad para reconocer a Puebla como la entrada al sureste mexicano.

Por ello, para los empresarios era importante un concurso nacional para determinar quién diseñaría el nuevo espacio de Puebla.

Los semifinalistas fueron dos empresas poblanas y la ganadora fue el despacho de Fernando Rodríguez y el ingeniero José Antonio Quintana Fernández.

"En ese tiempo no existían los diseñadores gráficos, nuestro compromiso también era diseñarles un logotipo, le pusimos el nombre también, nosotros mismos, en fin, el reto era muy grande", recuerda.

Aunque la obra estuvo a cargo de otra empresa, ellos estuvieron cinco años presentes con 25 jóvenes arquitectos poblanos que resolvieron temas emergentes de diseño.



Una anécdota curiosa que recuerda Fernando Rodríguez es que para demostrar a los empresarios que el diseño funcionaría, recrearon la CAPU a escala real en terrenos que un grupo ciudadano prestó al Oriente de la ciudad, donde había canchas de fútbol.

"Nos las prestaron, quitamos las porterías, trazamos toda la CAPU tamaño natural y pusimos los autobuses a cumplir un programa", recuerda.

El ejercicio buscaba demostrar cómo serían las entradas y salidas de los autobuses, así como los trayectos de los usuarios de los servicios con todo y maletas llenas de piedras.

La actividad fue tan llamativa que se vio desde el aire y la detectó el Ejército Mexicano, que tenía sus bases en donde hoy está el Parque Ecológico.

Mientras se ponía a prueba que la CAPU sería funcional, los soldados llegaron al lugar pues pensaban que se realizaban carreras de autobuses sin permiso.

Por fortuna, en las gradas estaban el presidente municipal y el gobernador quienes aclararon que se trataba de un simulacro para la nueva central de autobuses.

CAPU por dentro

El diseño que plantearon en el despacho a cargo de Fernando Rodríguez y José Antonio Quintana se basó en una herradura que permitiría el crecimiento y el recorrido de autobuses en salidas y llegadas sin toparse con los viajeros.

La tecnología que se empleó hace casi 40 años contempló el uso de aguas sulfurosas de la zona y de los residuos de las actividades en la misma Central Camionera, por lo que es ecológica.

En otras reseñas sobre el proyecto el arquitecto ha resaltado que el techo del área donde se encuentran las taquillas y que recibe a los viajeros fue también un reto pues buscó aprovechar la luminosidad.

Al preguntarle cuál es su parte favorita de la terminal señala que es esa pues implicó retos arquitectónicos, se inspiró en las grandes terminales del mundo y hasta la fecha convierten a la CAPU en una de las centrales más bonitas de México según especialistas.

Más allá de espacios significativos para el arquitecto, explica que la central ha cumplido con su cometido desde que se inauguró en 1988, pues es un lugar que sirve a diario a personas que viajan lejos, pero también a quienes viajan diario para estudiar o trabajar.

Desde hace 36 años que se puso en marcha la CAPU, agregó, los especialistas como él ya adelantaban que sería necesaria otra central hacia el Sur de la ciudad como la que ahora tendrá Puebla.

Para él en unos 30 años la ciudad no sólo necesitará de esos dos espacios sino de hasta cuatro para conectar con otros estados y atender el tamaño y crecimiento de la urbe.

Centro Histórico de Puebla

En la historia de Fernando Rodríguez no solo está la CAPU sino otras obras que son emblemáticas para los poblanos y que permitieron que no todo se hiciera en el Centro Histórico.

Una de las más significativas es Plaza Dorada en donde participó en su diseño, aunque también lo hizo en el proyecto original de Africam Safari y en iglesias emblemáticas como las de las colonias Huexotitla y Las Ánimas.

Para el especialista que ha formado a varias generaciones de arquitectos, los retos de la ciudad ahora están en reactivar al Centro Histórico.

Destacó que los poblanos y quienes se dedican a la arquitectura deben concentrarse en conocer la ciudad para amarla.

"Estudiarla para amarla, es decir no puedes amar lo que no conoces y eso eres tú, es tu identidad, son tus valores", comentó.

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