¿Me van a dejar hablar? ¿Me van a respetar? Guarden silencio, expresó el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando un centenar de personas burló la seguridad e interrumpió la reunión donde estaba dando un informe sobre los apoyos a los damnificados del huracán Grace en Puebla.

Los manifestantes permanecían afuera del recinto ferial, portaban lonas y pancartas con peticiones como entrega de dinero a los damnificados por el campo, ayuda para la reconstrucción de viviendas y la denuncia de una serie de irregularidades en el reparto de los apoyos.

Personal de seguridad trató de convencer a las personas de que esperaran la salida del presidente para expresar su inconformidad, pero fue inútil, a empujones lograron abrir la puerta principal del recinto e ingresar hasta donde se encontraba López Obrador.

Jesús Ramírez Cuevas, coordinador de Comunicación Social y vocero del gobierno federal, trató de evitar que una señora se acercara al mandatario federal, pero entre manotazos, empujones y gritos de “tengo que hablar con él”, siguió su paso.

Cuando llegó hasta el lugar donde estaba parado López Obrador, le comentó:

-¿Me permite hablar con usted?

No, le respondió el presidente.

-Por favor.

No, espérame.

-Por favor, está en peligro la vida de mi familia.

Espérate, espérate, ahorita.

En ese momento, otro hombre también logró llegar a la mesa donde se desarrollaba la reunión y se paró frente al presidente.

-Hazte a un lado, a un ladito, a un lado, le pidió López Obrador.

-Ardelio Vargas es un puerco y se lo digo en su cara, expresó el señor antes de que un elemento de seguridad le pidiera moverse.

Fue entonces cuando el presidente levantó la voz en el micrófono y pidió respeto para dar un breve mensaje donde recalcó que los apoyos se darían de manera directa y que las demandas serían atendidas de manera colectiva y no individual.

Tras la irrupción, el presidente de México optó por dar por terminada su visita a Huauchinango sin llevar a cabo el recorrido que se tenía previsto por el municipio.

Para salir del salón, el presidente de México tuvo que sortear varios empujones de la gente que se amontonó para entregarle hojas y folders con sus principales demandas.

A bordo de camionetas blancas y negras, tipo Suburban, el presidente de México y las autoridades federales que lo acompañaron salieron de manera apresurada para tomar carretera rumbo a Apizaco, Tlaxcala, y continuar con su gira de trabajo de este domingo.

“Desde ayer lo esperábamos, la Guardia Nacional nos vio la cara. Ya basta de eso para mi comunidad, para mis hermanos. ¿Cuándo les va a dar la cara a ellos, cuando sean los votos?”, reclamó una señora inconforme que aseguró que desde las 2 de la mañana estaba esperando al mandatario.

De acuerdo con la agenda de trabajo prevista para el lunes 4 de octubre, el presidente de México regresará a Puebla y en la 25 zona militar, en la capital, encabezará la reunión de seguridad y posteriormente llevará a cabo la conferencia de prensa matutina.

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