Hace 25 años, , Puebla vivió una de sus mayores tragedias. Un temblor de magnitud 7.0 afectó a la población y dejó un amargo recuerdo que prevalece hasta la fecha.

El epicentro del sismo se localizó en Tehuacán y en la ciudad de Puebla derribó varias estructuras, incluyendo afectaciones en el Palacio Municipal.

pero también de fortalecer las acciones en materia de protección civil.

De acuerdo con registros periodísticos, al menos una decena de inmuebles históricos resultaron perjudicados durante el movimiento telúrico, incluyendo templos, centros de salud, escuelas y viviendas de mampostería.

La presidencia municipal de Puebla registró serias afectaciones que llevaron a que aún hoy en día se tengan previsiones en torno al uso del salón de Cabildos, limitando el número de personas que pueden estar en su interior.

La Estación Central del Departamento de Geofísica del Instituto de Ciencias de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) consideró que el sismo tuvo una duración total de 35 segundos, de los cuales 27 fueron de oscilación y el resto de aceleración.

Los daños se acentuaron principalmente en la zona metropolitana de la capital del estado. Inicialmente, las autoridades del municipio identificaron daños en múltiples templos religiosos, como La Soledad, Santa Clara, San Agustín, Santo Domingo, La Concepción, La Compañía, Iglesia de La Luz, e Iglesia de Los Remedios, entre otros.

Como sucede ahora, en ese momento, la catalogación de daños quedó a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Datos del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) indican que al menos 15 personas fallecieron y 188 resultaron lesionadas.

A 25 años de distancia, se ha avanzado significativamente en materia de protección civil, pero sin duda un elemento que aún está pendiente es la salvaguarda del patrimonio histórico, especialmente de los inmuebles que podrían ser afectados por un nuevo sismo.

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