Lo que transcurría como una obra pública en Hidalgo terminó en el hallazgo de una pirámide prehispánica enterrada que está a tres horas de Puebla y que aquí te contamos cómo es.
Se ubica en la comunidad de San Miguel Metzquititlán, ubicada en la carretera Pachuca-Huejutla, que este año pasó por un proceso de ampliación.
¿Cómo cuida el INAH las pirámides?
Fue en junio cuando las autoridades a cargo de la obra advirtieron al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) sobre el hallazgo y apenas en diciembre este organismo dio a conocer qué pasó con él.
Un Consejo de Arqueología autorizó enterrarla de nuevo y construir un muro de mampostería de rocas con junta de cemento que alcanza los 43 metros de largo y 11.7 de alto a fin de proteger la parte que quedó expuesta.
El proceso para volver a enterrar la pirámide incluyó la colocación de una capa geotextil, lo que la deja nuevamente bajo tierra, pero la protege también de un desgaste ambiental.
De acuerdo con lo expuesto por el instituto este rescate busca no solo preservar el patrimonio, sino contribuir a entender cómo fue la ocupación humana en la Sierra Alta de Hidalgo y la conocida como Barranca de Metztitlán
Por ahora estiman que son asentamientos que datan de al menos 14 mil años y se usan drones para modelos fotogramétricos que recolectan 155 muestras para estudios arqueométricos.
¿Cómo se llama la pirámide Hidalgo?
Lo que se prevé como una pirámide se reconoce ahora como Estructura 1 y también se resguardan al menos 10 montículos arqueológicos que también se consideran de antigüedad.
Se cree que un cerro cercano funcionó como centro ceremonial y político y en el pasado ya se habían encontrado vestigios toltecas, chichimecas purépechas y otomíes, entre otros.
Del área se sabe que ahí prosperó un señorío que tuvo una influencia de varias etnias y fue notable hasta el siglo 16 los agustinos comenzaron con la construcción de ermitas, iglesias y conventos.