Internarte en un anexo en Puebla no es garantía de que logres una recuperación ni de que salgas con vida, ante el descontrol con el que operan.
Los anexos son unas verdaderas cárceles para las personas internadas, en su mayoría, contra su voluntad, consideró la socióloga y académica de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Brenda González.
“Se han convertido en prisiones, donde las personas que rescatan a los adictos, conocidos como ‘padrinos’, los llevan a la fuerza.
Eso se llama privación ilegal de la libertad porque no quiere ir el paciente, quien, además, es objeto de burlas y hasta torturas”, apuntó.
Brenda González aseguró que lo anterior mina totalmente los derechos humanos de las personas ingresadas.
Indicó que la mayoría de las internos no logra superar sus adiciones.
"Salen y vuelven a lo mismo"
Así fue la experiencia de un familiar en un anexo de Puebla, contada por Belén para El Universal Puebla.
“Mi sobrino de 15 años tiene problemas de drogadicción alta, entonces lo metió hace tiempo (al anexo), pero cuando salía siempre regresaba a lo mismo, al final seguía tomando, seguía drogándose, entonces mi prima lo tenía que meter de nuevo.
Eso llevó a un círculo vicioso, donde entran para recuperarse, pero salen y vuelven a lo mismo. Yo lo veo y no ha cambiado nada, al contrario ha empeorado”, compartió.
Belén dijo que el anexo ha hecho que su familiar sea más adicto, en lugar de orientarlo y ayudarlo.
“De hecho, el año pasado, en Día de Muertos, él fue uno de los que promovió una fiesta donde había mucho alcohol y muchas drogas, entonces qué sentido tiene que vaya al anexo.
Es muy difícil esta situación porque el anexo no ha ayudado en nada, incluso ha afectado el desarrollo de mi sobrino.
Es muy triste porque hay muchos chicos que son adolescentes, hay chicos que se la viven ahí. Cuál es el sentido que existan los anexos, si no hay una mejora en las personas. Es triste porque es la única opción que tienen en ocasiones”, lamentó.
Muerte en el anexo
En lo que va del año han ocurrido al menos cuatro homicidios en estos lugares, como el pasado 10 de mayo, en San Andrés Cholula.
Uno de los encargados, identificado como Abel, de 24 años de edad, cuidaba las puertas del Centro de Rehabilitación AA Grupo Última Oportunidad, ubicado en el número 1007 de la calle 2 Oriente.
Tras organizarse, un grupo de internos lo golpeó y salió corriendo. La policía no logró ubicar a los responsables.
Investigan autoridades 4 homicidios
La Fiscalía General de Estado (FGE) únicamente tiene abiertas cuatro carpetas de investigación por el delito de homicidio en anexos y supuestamente ninguna denuncia en su contra.
Estos últimos casos ocasionaron que el gobernador Miguel Barbosa ordenara la regulación de estos centros para evitar que infrinjan la privación de la libertad de los usuarios.
En su declaración, aseguró que los anexos se han convertido en un refugio para delincuentes tras considerar que son lugares de adicción, en lugar de rehabilitación.
No están certificados
Aunque lo hacen bajo sus siglas, la Organización Mundial de Alcohólicos Anónimos (AA) se ha deslindado de su funcionamiento.
En Puebla, existen cerca de 620 anexos, de acuerdo con los datos del Centro Nacional para la Prevención y el Control de las Adicciones, quien señaló que no cuentan con reconocimiento de la Comisión Nacional contra las Adicciones (CONADIC), el cual sí lo tienen siete Centros Residenciales.
El organismo detalló que -las llamadas popularmente "granjas"- tienen carencias debido a que no controlan a sus miembros, no mantienen archivos o historias clínicas y tampoco hacen diagnósticos médicos ni psiquiátricos.
Asimismo, el Centro Nacional para la Prevención y el Control de las Adicciones aseguró que no proporcionan hospedaje, alimentación ni atención médica.