A causa de la pobreza que se ha agravado por la pandemia del Covid-19, las caravanas de migrantes de Centroamérica hacia Estados Unidos seguirán aumentando, alertó María de Lourdes Rosas López, catedrática e investigadora de la Facultad de Ciencia Política y Gobierno de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
En conferencia de prensa, la también integrante del NYU-UPAEP Latino Consortium Researcher, resaltó que existe una industria de la migración que deja grandes ganancias en diversos rubros, principalmente a grupos de delincuentes.
“Por una parte es la pobreza, la desesperanza y la ausencia de poder tener posibilidades a una vida mejor en los países que se ubican al sur o con menor desarrollo”, dijo.
Agregó que a la economía estadounidense, para mantener sueldos bajos y no generar inflación, le es conveniente contratar a trabajadores centroamericanos sin documentos que hagan el trabajo por un bajo sueldo.
México, por ser un país de tránsito, está en el ojo de huracán porque de la frontera sur a la norte son más de tres mil kilómetros que deben cruzar los migrantes.
En el caso de Puebla, dijo que es territorio importante porque los migrantes pueden atravesar usando la ruta del tren conocido como “La Bestia”, las carreteras, o caminando.
Un signo de la importancia del estado son los albergues que se han instalado en Puebla, mismos que se han construido por las rutas donde pasa el tren: Casa de Atención a Desamparados, Parroquia de la Asunción y en San Felipe Hueyotlipan.
“Las caravanas de migrantes son estrategias colectivas internacionales de desplazamientos humanos. Desde hace 10 años se daban migraciones en grupos menores de 80 a 200 personas, pero ahora los vemos en grandes cantidades”, explicó.
La primera caravana de migrantes se registró el 13 de octubre de 2018, cuando salieron de la terminal de autobuses de San Pedro Sula, Honduras, para internarse a México.
A su paso por territorio centroamericano se fueron sumando más migrantes hasta que sumaron siete mil personas con el fin de llegar a Estados Unidos.
Explicó que las caravanas se crean para protegerse durante el tránsito, porque encuentran delincuentes locales y trasnacionales que se dedican al tráfico humano, los secuestras o violentan hasta la muerte.
Otro rol de la caravana es disminuir el costo económico de migrar, porque el pago a los polleros puede llegar hasta los 10 mil dólares o más por persona.
Antes sólo migraban hombres, ahora migran mujeres, niños no acompañados y hasta grupos familiares, indicó.
“Los migrantes consideran que un coyote que cobra mucho es bueno, porque los protegerá y los llevará a su destino, y los que cobran poco de seguro los dejarán en el camino”, comentó.
Rosas López señaló que los delincuentes también usan a los migrantes como “mulas”, es decir, para el tránsito de la droga, o los secuestran para obtener grandes ganancias.
“La migración es un gran negocio no solo a niveles del crimen organizado, el lado más perverso. Hay otras áreas como los despachos de abogados que intentan tramitar la visa o el pasaporte. Parte de la industria de migración, también, son los hoteles y restaurantes en el camino en donde ellos pueden descansar o comer”, señaló.
En Puebla, de enero a septiembre del presente año solo se emitieron 9 tarjetas a migrantes de Honduras, El Salvador y Guatemala por razones humanitarias, “lo que significa nada en comparación con el número de centroamericanos que pasan por la entidad”, concluyó.