Si bien es cierto que en ocasiones no es fácil tomar un taxi, ya sea tradicional, de sitio o de aplicación, resulta arriesgado utilizar el servicio de unidades pirata.

En principio porque fomenta la informalidad y la ilegalidad, puesto que se trata de vehículos y conductores sin normativa alguna.

Unidades y conductores que no están registrados como tales en ningún padrón y que, por tanto, son de difícil ubicación en caso de alguna contingencia.

En primer lugar, hay que destacar que al abordarlos en un caso extremo se corre el riesgo de ser privados de la libertad.

O bien de ser víctimas de robo, ya que el conductor incluso puede estar coludido con algún o algunos criminales.

Hay que considerar que, aunque se logre anotar la placa del vehículo, podría tratarse de una unidad con reporte de robo o bien de placas clonadas.

En paralelo, hay que considerar que al no tener la certeza de que el vehículo cuente con una póliza de seguro amplia, en caso de algún percance se ponen en riesgo, además de la integridad física, las pertenencias que se lleven en el momento.

Y, en el caso de que se olvide algún objeto o pertenencia, no existe la mínima posibilidad de recuperarlo.

Por otra parte, hay que considerar que lo más probable es que el conductor no cuente con licencia de chofer y en consecuencia su experiencia en el manejo sea menor, además de que puede no conocer adecuadamente el área a la que se desea llegar.

Aunque claro en la actualidad, a través de las aplicaciones es más sencillo llegar a casi a cualquier punto.

En el estado de Puebla, la Secretaría de Movilidad y Transporte lleva a cabo operativos para detectar y sancionar a los conductores.

En general, advierte que ponen en riesgo a los conductores, ya que suelen ir a altas velocidades y carecen de un seguro en caso de accidentes.

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