Desde 1994, cuando el volcán Popocatépetl “Don Goyo”, registró una intensa actividad, la autoridad federal optó por cerrar las vías de acceso y tomó diversas medidas, entre las que sobresalen las rutas de evacuación, sin embargo, no faltan quienes, en busca de aventura, arriesgan la vida e infringen la ley.
La actividad del Popocatépetl se monitorea permanentemente para mantener informada a la población y alertar en caso de ser necesario.
En términos legales, de acuerdo con la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC), “con fundamento en los artículos 55 y 56 del Reglamento Interior de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, cualquier intento de ingreso a la zona restringida, evento o actividad que llame a rebasar el radio de exclusión será reportado a las autoridades competentes a fin de que sea sancionado conforme a las leyes aplicables”.
En consecuencia, quienes rebasan los límites en busca de acercarse a menos de 12 kilómetros del cráter, además de poner en riesgo su integridad física, incurren en un delito.
De ahí que la CNPC compartió vía redes sociales que: “cualquier iniciativa de organizaciones o individuos que, con fines aparentemente deportivos o recreativos, llamen a rebasar los límites de seguridad en el #Popocatépetl, puede tener consecuencias legales, ya que exponen la vida de personas”.
En su portal, recordó que el 30 de abril de 1996 se suscitaron dos grandes explosiones que provocaron la muerte de cinco montañistas que se encontraban en la parte alta del volcán.
Desde entonces, la actividad del Popocatépetl se ha caracterizado principalmente por la formación de domos de diferentes tamaños y su consecuente destrucción a través de eventos explosivos.
En torno a los riesgos que representa se indicó que “no siempre tiene precursores que puedan indicar su ocurrencia en un tiempo determinado, en muchas ocasiones ocurren inesperadamente. Aun en el caso de presentar precursores, no es posible conocer la hora en que ocurrirá un evento explosivo. Es importante que sepas que aun cuando haya días que muestre una aparente calma, por dentro sigue activo”.
Además, resaltó que “hay otro tipo de fenómenos que pueden presentarse durante una erupción y que son letales, como son los flujos piroclásticos, lahares y la emisión de gases, que se pueden generar sin previo aviso; como los ocurridos el 30 junio de 1997 y el 22 de enero de 2001”.
La CNPC, subrayó que el radio de exclusión de 12 kilómetros tiene como finalidad preservar la vida de las personas, alejándolas de la zona donde se ha comprobado que la actividad puede ser letal.
Por lo que ponderó que esas “actividades no constituyen una hazaña deportiva ni un mérito personal, son un acto irresponsable que pone en riesgo tu vida y la de rescatistas que brindan ayuda humanitaria ante cualquier emergencia”.