El próximo 12 de diciembre se celebrarán 491 años de la aparición de la Virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac y por ello en las carreteras de la zona centro del país se pueden observar numerosas peregrinaciones.
El maestro Gerardo Valle Flores, coordinador del Centro de Estudios Guadalupanos de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), consideró que hay mucha gente que cree en las apariciones de la Virgen de Guadalupe, pero se resiste a creer y a sujetarse a los mandamientos de la iglesia católica.
Señaló que en el siglo XIX, el 99 por ciento de la población llegó a ser católica y desde luego guadalupana, pero después en el siglo XX hubo una tendencia de laicismo y mucha gente manifestó no creer en Dios, pero no negaron la presencia e importancia de la Virgen de Guadalupe.
Para los años 80’s -añadió- hay el registro de peregrinaciones del Partido Comunista Mexicano, que por definición era ateo, pero que hizo su visita a la Villa de la Virgen de Guadalupe.
El investigador también señaló que, pese a la presencia de otras religiones o sectas, el fervor a la Virgen de Guadalupe sigue aumentando y más después de dos años de pandemia por Covid-19.
Informó que de acuerdo con autoridades de la Basílica de la Virgen de Guadalupe en la alcaldía Gustavo A. Madero, en los primeros días que van de diciembre se ha registrado un importante aumento en el número de visitantes, en comparación con las de años anteriores a la pandemia.
“Hoy están ya recibiendo mucho más peregrinos y se espera que para los días 11 y 12 de diciembre se rompan récords de más de 10 millones de visitantes. Antes de la pandemia se contabilizaban cerca de 8 millones de personas”, dijo.
Cabe recordar que el año pasado, a causa del confinamiento por el Coronavirus, se limitó el ingreso de creyentes a La Villa y reportes posteriores al 12 de diciembre estimaron que acudieron cerca de 4 millones de guadalupanos.
Valle Flores consideró que factores como la pandemia, la inseguridad, la inflación y la crisis económica por la que atravesamos los mexicanos son determinantes para que se exacerbe el fervor y la gente quiera acudir al santuario de la Virgen de Guadalupe.
“La situación no es nada halagadora, ya se está sufriendo mucho y vamos a pedirle a Nuestra Señora”, dijo tras resaltar que la Virgen de Guadalupe es un símbolo del mexicano, pero no hay que olvidar que el Papa Juan Pablo II la nombró Patrona de toda América, desde Alaska hasta la Patagonia.
Mientras los mexicanos celebran a la Morenita en el cerro del Tepeyac, los argentinos lo hacen en el Departamento de Santa Fe, perteneciente a la ciudad de Rosario, en la tierra de Messi.
En Guatemala también hay un santuario dedicado a la Virgen. El templo era de principios del siglo XX, pero tras una serie de terremotos se vino abajo y en 1942 edificaron la nueva construcción donde llegan miles de fieles.
Otro templo más donde también se recibe a guadalupanos es en la Catedral de Notre Dame en París.
Recordó que antes del incendio, el altar que tenía más veladoras y flores fue donde estaba la imagen de la guadalupana.
“Era un altar que estaba en uno de los laterales de la Catedral y cuando se cae el techo, ese altar de la Virgen de Guadalupe quedó intacto, no le pasó nada. Eso fue algo que se consideró como milagroso y aumentó la devoción a la Virgen en Francia”, añadió.
Lo mismo ocurre en varias provincias de España y en Perú, donde se hacen grandes celebraciones y templos en honor a ella.
La Virgen de Guadalupe se apareció el 12 de diciembre de 1531, de manera que en nueve años se cumplirán 500 años de este acontecimiento.