Luego que los resultados de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021, emitida por el INEGI, revelara un incremento en la violencia hacia las mujeres en Puebla, solo confirmó que las autoridades siguen teniendo una deuda con ellas.
Así lo comentó la maestra Ana Laura Gamboa Muñoz, responsable del Observatorio de Violencia Social y de Género (OVSG) en el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ (IDHIE) de la IBERO Puebla, en entrevista con El Universal Puebla.
El 8 de abril de 2019 se emitió la declaratoria de la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM) para 50 municipios de la entidad, la cual incluye 159 puntos en el plan de acción y 45 medidas de prevención, seguridad y justicia.
“Algo que nos preocupa muchísimo es que de las 45 medidas que derivan de este plan, solo una se cumple. Los resultados de la ENDIREH 2021 nos estaría diciendo que la Alerta de Género no ha funcionado y que finalmente, aunque el estado la tenga activa en sus 50 municipios, está teniendo una gran deuda con las mujeres”, dijo.
Agregó que no solo se trata de diseñar planes, capacitaciones o talleres, sino que tiene que cumplir compromisos específicos y actualizados.
Lo anterior también refleja que no hay comunicación entre los distintos órdenes de gobierno de quién ejecuta esas acciones.
Dijo que existe recurso, presupuesto, pero en la forma de ejecutar es donde no les está cumpliendo a las mujeres.
“Si bien hay avances en Secretarías para Igualdad Sustantiva y de Género, por ejemplo en Puebla y en San Andrés Cholula, existen otros municipios donde hay Institutos Municipales de la Mujer, pero que son inoperantes”, comentó.
La investigadora, en una parte, le atribuye esa desatención a que seguimos en una sociedad patriarcal donde se fomenta aun lo masculino sobre lo femenino, y donde la violencia hacia las mujeres no es urgente para los gobernantes, ni se le considera un tema de salud pública.
No prestar atención a los datos que revelan estos estudios endoscópicos lo calificó como grave, porque no frenar la violencia hacia las mujeres puede derivar en hechos más fuertes como lo son los feminicidios.
Además, Gamboa Muñoz añadió que la violencia, en sus diferentes tipos y ámbitos, impacta en el desarrollo de las mujeres, tanto en sus entornos laboral, social, profesional u otros, ya que frenan sus objetivos y eso impacta en los mismos planes que desean hacer.
En los datos de la encuesta también destaca que las mujeres que llegan a sufrir algún tipo de violencia a lo largo de su vida, no denuncian.
La académica dijo que es sabido que el 80 por ciento de las mujeres víctimas de violencia no denuncian, pero del 20 por ciento que sí lo hace, en muchas ocasiones por la dilación del Estado para llevar a cabo las investigaciones, se sigue poniendo en riesgo a las mujeres.
En primer lugar porque hay quienes ven la violencia de manera normalizada, por toda la construcción social que les enseñaron acerca de cómo tendrían que ser las mujeres: buenas esposas, buenas madres, comportarse de tal manera, ser sumisas, etcétera.
En segundo lugar porque tienen miedo a las consecuencias de denunciar ser víctimas de la violencia.
“En ocasiones la Fiscalía General del Estado (FGE) a través de las Agencias del Ministerio Público, no propone órdenes de protección hacia las mujeres, lo que resulta muy grave porque muchas no saben que pueden contar con estas medidas y así no solo evitar no se pongan en riesgo su integridad, sino su propia vida”, mencionó.
El gobierno -enfatizó- debe realizar distintas estrategias que realmente impacten en cada uno de los tipos y modalidades de la violencia, pero también debe garantizar el cumplimiento de las órdenes de protección a las mujeres víctimas de violencia.
“Los resultados de la ENDIREH son un gran llamado a las autoridades y que consideren que la violencia, especialmente en la pareja, puede seguir reproduciendo y/o cambiando a otros ámbitos en donde las mujeres pueden seguir sufriendo violencia”, citó.
Como sociedad, la responsabilidad recae en fomentar la denuncia, incluso involucrarse en caso que alguien esté sufriendo violencia en la pareja y no quedarnos callados.
En el caso de las mujeres, refirió que pueden aprender nuevas formas de relacionarse, identificar la violencia, denunciar y conocer sus derechos.
Por el lado de los hombres, es necesario ir generando espacios donde cada vez más puedan identificar que están siendo violentos, ya sea por comportamientos, acciones o formas de interactuar, y que eso deriva de una masculinidad que culturalmente en México ha sido construido por estos imaginarios machistas donde tienen el sometimiento de las mujeres.
En su propia experiencia, por lo menos en generaciones jóvenes y en los últimos cuatro años, ha visto acciones de hombres y mujeres, donde ellas conocen cada vez más sus derechos y ellos comienzan a cuestionar aquello que se les enseñó como forma natural.