En los últimos días en Puebla se han conocido cada vez más casos de maltrato y crueldad animal, pero eso no significa que haya aumentado la prevalencia sino que hay una sociedad más sensibilizada y atenta a no permitir que estos hechos se perpetúen, precisó Ericka Ileana Escalante Izeta, coordinadora de la Maestría en Desarrollo Humano en la Ibero Puebla.
En entrevista con El Universal Puebla, dijo que así como se denuncian en las redes sociales los casos de violencia de género, los sucesos de maltrato animal están siendo más visibles y la sociedad ya no está permitiendo que sea algo normalizado.
La académica refirió que la violencia hacia los perros no es algo que sucede aisladamente, pues tiene que ver con todo lo que nos sucede como sociedad.
Mencionó que los casos de maltrato y crueldad animal son un reflejo de la violencia que sucede a nivel mundial y nacional, donde cada vez hay más desapariciones y feminicidios.
Escalante Izeta puntualizó que no se tiene que ser psicópata para maltratar a un ser vivo, ya que puedes tener un arranque de ansiedad, enojo o lo que sea y desquitarte con el ser más cercano que se tiene, como lo puede ser un perrito.
“Esto tiene que ver con las emociones que estamos viviendo y que no sabemos cómo gestionarlas y con quien nos desquitamos rápidamente es con el ser vulnerable dentro de nuestro hogar, que son los perros y si no hay perros es con los niños, sino con las mujeres o con los adultos mayores”, precisó
Abundó que están aumentando los casos de abandono, pues resulta más común encontrar perros en las calles y muchos son de raza.
Hablando del ciclo de la violencia, explicó que cuando en un hogar no hay funcionalidad psicológica y hay algún perrito o gato que es violentado por una persona, lo que suele suceder es que alguien en casa lo rescata sacándolo a la calle.
“Si yo soy niño y veo que mi papá amarra, patea o maltrata a mi animalito, voy a buscar salvar a este ser vivo. Para ello lo arrojan a la calle y ahí lo abandonan. Puede ser que nosotros veamos esta acción como un tipo de abandono, pero realmente se está dando un tipo de rescate para los animalitos que están siendo violentados”, explicó.
Recalcó que el maltrato puede ser algo hasta socialmente normalizado, como tenerlo en la azotea porque no hay espacio para resguardarlo. En cambio, la crueldad se puede definir como actos totalmente voluntarios que tienen la intención de lastimar agudamente y profundamente al ser vivo.
Resaltó que en los casos de maltrato o crueldad donde los agresores son menores de edad se deben de tomar acciones rápidas y buscar psicoterapeutas particulares o en instituciones como los sistemas para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
Añadió que éstos pueden ser reflejo del maltrato que las personas vivieron, historias que se repiten de bullying o abuso dentro del entorno familiar o eventos que se dan en la escuela o en la comunidad, pero que con ayuda psicológica se pueden romper estos patrones de violencia.
Además, dijo que se tiene que fomentar la cultura de la denuncia ante la Fiscalía General del Estado (FGE), pues a decir de la académica, eso ayudará a prevenir la violencia también hacia los grupos vulnerables de la sociedad.
El trabajo de los medios de comunicación y las redes sociales también ha jugado un papel fundamental para que los seres vivos tengan una voz y se denuncien casos de maltrato o crueldad, consideró.
Contar con un Instituto de Bienestar en Puebla también es una gran ventaja, pero al mismo tiempo reconoció que es insuficiente, por lo que es buena propuesta que cada municipio cuente con su propio Centro de Bienestar Animal y tenga sus protocolos de atención ante un maltrato.
La Ley de Bienestar Animal que se aprobó en el 2021 en el Congreso de Puebla -dijo- es por lo menos la única herramienta que los ciudadanos tienen para exigir que no sigan ocurriendo estos casos de maltrato, que el animal sea visto como un ser que siente y tiene derechos de estar protegido y no ser explotado.
La maestra Ericka indicó que antes de incluir a un perro en la familia es importante tomar en cuenta las siguientes consideraciones, porque muchos de los casos de maltrato animal se dan porque no los soportan o no saben cuidarlos.
Además, "en el área psicológica, los perros y los gatos tienen una función importante, ya que ayudan mucho a reducir la ansiedad y el estrés. Se ha documentado que las personas que conviven con un perro o un gato en el hogar, tienen menos niveles de depresión, ansiedad y estrés”, concluyó.