Hace unos días se difundió la noticia de que tres niños habían sido atacados por murciélagos en la comunidad de Palo de Lima, Oaxaca y que dos de los menores murieron a consecuencia de complicaciones por rabia.

Desde entonces, los pobladores expresaron su temor ante la posibilidad de que hubiera más ataques y planearon incluso incendiar el hábitat de estas especies, lo que generó la protesta de grupos animalistas que pidieron no estigmatizarlas.

Para conocer los mitos sobre los murciélagos, entrevistó a Rosa María González Monroy, profesora investigadora en el Laboratorio de Mastozoología de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y a Jesús Martínez Vázquez, doctor y curador responsable de la colección de quirópteros en la universidad.

Ambos explicaron que en México hay cerca de 140 especies de murciélagos, de las cuales hay entre 58 y 60 en Puebla.

Además, no todos los murciélagos se alimentan de sangre, pues en su mayoría comen insectos y frutas.

La investigadora Rosa María González explicó que estos mamíferos llegan a vivir entre 3 a 5 años, su actividad es nocturna y prefieren mantenerse en oquedades, cuevas y construcciones altas como campanarios, bodegas, casas abandonadas o deshabitadas.

Por camada pueden tener dos crías y con un periodo de gestación de 30 a 45 días.

En Puebla se localizan en zonas áridas como Zapotitlán Salinas y en la Reserva de la Biósfera de Tehuacán-Cuicatlán donde hay muchas cactáceas.

“Son excelentes dispersores de semillas, porque muchas de éstas requieren pasar por el tracto digestivo de estos animalitos para poder germinar y como polinizadores nos ayudan a tener frutas como el mango, cactus, agaves, papaya, plátano y guayaba”, mencionó.  

También son controladores de plagas, pues explicó que en una hora, una población de murciélagos puede comer hasta mil 200 insectos.

“Tenemos que pensar que obtenemos más beneficios que daños hacia nuestro hábitat con la presencia de los murciélagos. No podemos acabar con ellos porque entonces sería acabar con toda esta serie de alimentos importantes dentro de nuestra dieta”, refirió.  

Por su parte, Jesús Martínez Vázquez, citó que desde sus orígenes, la humanidad siempre los ha considerado como una especie dañina, en gran parte incentivado por las historias de Drácula y los vampiros.

La gente cree que todos los murciélagos son chupa-sangre y por eso los mataban, pero ahora, gracias al trabajo de los investigadores de la BUAP, así como de otras instituciones, la gente ya toma más conciencia y conocen las ventajas de estos mamíferos.

Las comunidades donde antes prendían fuego a las cuevas, ahora los cuidan porque saben que son controladores de plagas, principalmente en los cultivos, además de que ya saben distinguir a murciélagos polinizadores.

Respecto a los murciélagos que se alimentan de sangre, mencionó que la cantidad que llegan a consumir es mínima, además de que tienen la peculiaridad de que su saliva contiene un anticoagulante muy eficaz.

“Cuando clavan sus colmillos en los animales comienza a salir la sangre, satisface su necesidad y se retiran. Los animales, como el ganado, quedan con la herida abierta y propensos a enfermedades; mueren porque las células se infectan y no son tratados de manera oportuna, pero no mueren porque hayan sido mordidos por un murciélago”, explicó.  

Agregó que estos mamíferos no solo se encuentran en sitios apartados, pues en el caso de los que comen insectos pueden encontrarse en las zonas urbanas, incluso en las mismas instalaciones de la BUAP, buscando comer los insectos alrededor de las lámparas.

Ambos investigadores coincidieron que el caso de los tres menores de Oaxaca fue inusual “porque es muy difícil que dentro de una misma familia un solo animal haya mordido a tres personas, debieron haber sido más murciélagos”.  

Añadieron que tampoco es común que se den este tipo de ataques y no descartaron algún tipo de descuido por parte de los padres o cuidadores de los menores.

Explicaron que los síntomas de la rabia no se reflejan minutos después de haber sido mordidos, sino que tuvieron que haber pasado más de 48 horas.

Ellos, al trabajar con estos animales que son portadores de la rabia, realizan sus trabajos de campo protegidos con vacunas antirrábicas.

En el Laboratorio de Mastozoología de la BUAP, los investigadores realizan desde hace más de 20 años un análisis de la diversidad de murciélagos, a fin de conocer cuántas coexisten en una misma cueva, porque puede haber de 5 a 7 especies.

De la misma manera, realizan análisis genético de las especies para saber si están registrando variaciones. Los resultados hasta ahora obtenidos revelan que hay un incremento en el complemento cromosómico y una disminución y diferentes modificaciones a nivel genético, explicaron los especialistas.

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