A Gabriela Camacho Flores le bastó idear las frases que a ella le gustaría llevar sobre su ropa y jugar un poco en el programa de Canvas para iniciar con un proyecto de prendas de vestir que resumen la lucha feminista.
Abogada de profesión y sin saber de diseño, pero inspirada en su trabajo con grupos y redes de apoyo a mujeres, decidió emprender La Femme Fatale hace dos años.
El proyecto poco a poco se gana su espacio en redes sociales y en escenarios como la Mercadita Feminista que por segundo año organizó el grupo de Feministas Radicales, Organizadas e Independientes frente a la Fiscalía General del Estado, el pasado jueves 8 de marzo, en el marco del Día Internacional de la Mujer.
Asimismo, la marca de ropa le permite difundir su trabajo de abogada con perspectiva de género al repartir sus tarjetas de presentación mientras vende.
En entrevista con El Universal Puebla y portando uno de sus diseños que resalta que “Calladitas las mujeres no nos vemos más bonitas”, cuenta que en las audiencias como abogada le ha tocado ser testigo de las trabas y la revictimización que sufren las mujeres.
Considera que es a través de la ropa como las mujeres pueden expresar su sentir.
"Que las mujeres tengamos más espacios a los que podamos entrar, en los que podamos estar y que nos escuchen y que nos vean y que realmente nos vean, que digan: con ella no va a ser tan fácil o ella es una mujer poderosa'", señala.
En foros como la Mercadita Feminista las prendas diseñadas por Gabriela Camacho son bien recibidas porque el público es mayoritariamente feminista, pero no en todos lados es así.
En algunos tianguis de emprendedores comenta que le ha tocado enfrentar a quienes tienen prejuicios contra la lucha de las mujeres.
"He recibido comentarios como de: ay a las que les gusta romper todo, las alborotadoras, pero también han habido comentarios como de: ay qué padre a mi hermana, a mi mamá esto le gustaría'", explicó.
Originaria de Veracruz, la creadora de La Femme Fatale estudió en Puebla y cuando todavía estaba la universidad comenzó a trabajar en grupos como la Red de Abogadas Violeta que se ha concentrado en capacitar a las litigantes activistas en cursos de primera atención sobre perspectiva de género.
Desde su experiencia, los casos que más requieren asesorías son los de violencia familiar, pues están marcados mayoritariamente por el gaslighting, que consiste en el abuso emocional que lleva a la víctima a dudar de su percepción, juicio y memoria, así como la violencia digital con el ciberacoso.
"Sí me ha tocado ver muchísimos casos de mujeres que son víctimas de gashlighting y que es cuando les dicen: estás loca y pues la violencia digital se disparó a partir de 2020", asegura.
Para la abogada, un factor que deben considerar las víctimas al momento de buscar asistencia legal es acercarse a las redes de apoyo como las que brindan las abogadas activistas, pues en otros despachos el servicio les podría costar hasta 600 pesos.