Comentarios como “estás gordo porque quieres”, “no haces nada para bajar de peso”, “nadie te va a querer por gorda”, “por qué está en la portada de una revista si está gorda”, entre muchos otros, se leen continuamente en las redes sociales.
Se trata de mensajes que las personas expresan sin considerar que son violentos para quienes padecen obesidad y que desconocen que acabar con esta condición no se trata de sólo “echarle ganas”.
“La gordofobia tiene que ver con la identificación de una característica y la exclusión, burla, desprecio hacia una persona que la posee”, describió José Leopoldo Castro Fernández de Lara, académico del Departamento de Ciencias de la Salud en la Ibero Puebla.
En entrevista con El Universal Puebla, abundó que se ha creado una sociedad donde la imagen de las personas es muy importante y el cuerpo es un producto que sólo puede ser bello o despreciable.
En el caso del sobrepeso, comentó que la misma sociedad ha reducido el tema por el lado de los cuerpos que no cumplen con los estándares para vender lo que se desee anunciar. Además, también se le ha asociado a una enfermedad.
“La gente que tiene sobrepeso, también de manera constante, tiene que estar enfrentándose a comentarios o sugerencias de cómo podía mejorar su imagen o cómo es su relación con la comida”, indicó.
Para el académico, el sobrepeso u obesidad no tienen que ver solamente con que la gente coma mucho o el tipo de alimentación que tiene, pues también hay que analizar temas como genética, el tipo de conducta y hábitos que se tengan en casa y que a veces la persona no elige, sino que son aprendidos en un contexto familiar.
Destacó que en realidad, la percepción sobre una persona no debería reducirse a la forma de su cuerpo, porque la gente también critica cuando hay alguien muy delgado. Todo, dijo, es dictado por una industria consumista y la sociedad se entrampa.
“Históricamente el cuerpo va cambiando y hay modas; además comienza a ser una cosificación que generalmente comienza con la mujer. Se suma el patriarcado con la mercantilización y se crea una dupla perfecta para cosificar, para crear productos con el cuerpo”, añadió.
Incluso relató que en la década de los 60’s los cuerpos eran más regordetes y fue en los 90’s cuando la moda fue bajar de peso hasta que se llegó a ver a cuerpos sumamente delgados que generaron a su vez desórdenes alimenticios y dismorfia en los adolescentes, al sentir que estaban gordos cuando en realidad estaban en los huesos.
En la actualidad, a decir de José Leopoldo Castro, el estereotipo es tener un cuerpo musculoso y bien marcado, y entonces, “todo lo que se salga de ese ideal, está mal”.
Abundó que la gordofobia afecta a mujeres y a hombres, pero a ellas más. Como ejemplo, citó que si un hombre con sobrepeso es exitoso y con poder económico, puede no verse en el estereotipo de la gordofobia. En cambio, en una mujer no importa qué tan exitosa, pues si su cuerpo es diferente, se le va a señalar.
“Es importante entender que todos somos distintos y que el cuerpo es cuerpo. Darnos cuenta que estamos en una dinámica de que todo es una mercancía. El cuerpo es importante, pero es un empaque, no es la esencia del ser humano que eso es lo más importante, la esencia. No importa cómo seas físicamente”, insistió.