Geraldine Vázquez Sánchez cambió su cámara fotográfica por un arma de cargo.
La necesidad de sacar adelante a su hija ocasionó que dejara el fotoperiodismo de nota roja para convertirse en elemento de la Policía Municipal de Puebla.
“Entré hace siete años a la corporación, lo que me motivó a ingresar a la Policía Municipal es que anteriormente yo era periodista, cubría la fuente de la nota roja, entonces me mandaban mucho a hacer reportajes de la Unidad Canina, del grupo táctico, de algunos otros grupos que están conformados aquí, en la Policía Municipal", relató.
“Posteriormente, ingresé a un medio donde desafortunadamente el salario no era suficiente. Tengo una hija, la cual depende completamente de mí y vi una oportunidad de poder ingresar a la Policía Municipal para poder mantener a mi hija, para poder sacarla adelante”, compartió la policía tercero, en entrevista con EL UNIVERSAL PUEBLA.
Geraldine encontró diferencias en su transición de fotoperiodista a uniformada de la Policía Municipal.
“Es completamente diferente, el hecho de estar del lado del periodismo para tratar de informar lo que está sucediendo, lo que está aconteciendo, de las actividades que realiza la Policía, de los asaltos, de todo esto".
“Ya estando de este lado (como uniformada) pues trabajar para poder brindarle la atención a los ciudadanos, tratar de ayudar a la gente, de llegar en el menor tiempo posible cuando ellos piden el apoyo, porque cuando tú eres víctima te sientes impotente y por más que pides apoyo a la Policía crees que nunca va a llegar”, expresó.
Antes de ser fotoperiodista y policía, ella intentó estudiar Medicina.
“Cuando yo termino el bachiller, decido presentar exámenes en el Politécnico, en la BUAP en el área de Medicina, pero no cubrí los puntos para poder ingresar. Posteriormente a eso yo tenía amigos periodistas y me gustaban también las actividades que ellos desempeñaban. Un amigo, en sí, fue el que me dijo ‘estudia periodismo o Ciencias de la Comunicación’ y mi papá fue el que me dijo ‘pues estudia un año y posterior ya ingresas a la UNAM, al Politécnico o a la BUAP con la carrera que tú quieras’.
“Yo ingresé a la Universidad estudiando periodismo para no dejar perdido un año y finalmente me empezó a gustar. Me empezó a gustar cuando empecé a practicar lo que fue radio y las prácticas como fotógrafa con el señor Rafael Durán y él fue el que me empezó a llevar a la fotografía, a la fotografía del periodismo, por eso fue”, recordó.
Aunque la apoya, la hija de Geraldine, quien actualmente tiene 14 años de edad, le ha expresado en múltiples ocasiones que su trabajo como policía es muy demandante.
“Pues fíjate que hablando el otro día con ella (mi hija) sí lo resiente o sí lo resintió en su momento porque ejercer la profesión de periodismo sí me permitía estar más tiempo con ella. Actualmente tengo un horario de 24 horas y como periodista, cubría yo cierto horario o a veces tampoco teníamos horario, pero había ciertas actividades en las que me la podía llevar y me acompañaba. Aquí, en la Policía, no es así, no se puede, no se permite más bien".
“Es lo que hablábamos el otro día, me dice ‘antes iba yo contigo, salíamos más, estábamos más’. Sin embargo, ella siempre me lo ha dicho ‘yo estoy contigo, mamá, las decisiones que tú tomes pues yo estoy contigo’. Le gusta actualmente mi trabajo, resiente cuando no estoy presente, ciertas fechas no puedo estar con ella, pero ya se acostumbró, más bien ya nos hemos adaptado”, dijo la uniformada.
El trabajo de policía es de alto riesgo, pero Geraldine confía en todo lo aprendido en la Academia de Policía para poder regresar con su hija a casa sana y salva.