Lamentablemente en México prevalece la impunidad y la ilegalidad, así que pueden decretar la Ley General para el Control del Tabaco y otras leyes más, pero mientras no se respeten, el problema persistirá, destacó Dulce María Pérez Suárez, profesora de la Facultad de Medicina de la UPAEP.
La especialista de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) citó como ejemplo que, según la ley, no se pueden vender cigarros sueltos y aún así se comercializan.
Tampoco está permitido vender cigarros a menores de edad y lo hacen, los vapeadores también están prohibidos y se siguen comercializando, todo ante los ojos de la autoridad.
En entrevista con El Universal Puebla, la especialista en adicciones dijo que en materia de prevención se deben enviar mensajes positivos a la población, principalmente cuando van dirigidos a adolescentes y jóvenes, por lo que la colocación de pictogramas en las cajetillas tampoco ha dado resultados favorables.
Consideró que las imágenes con órganos afectados por cáncer o dañados por la nicotina que aparecen en las cajetillas de cigarros no impactan a los jóvenes, porque ellos tienen en su mente el concepto de que no se van a morir.
También su naturaleza los lleva a estar en contra de lo que la autoridad establezca, de manera que las imágenes les pueden generar morbo, pero no los desalienta a dejar de fugar o a no probar el cigarro.
Pérez Suárez señaló que el consumo de drogas legales e ilegales se debe, entre otros factores, a la promoción de imágenes en las películas, canciones, programas de televisión y en la actualidad por medio de los influencers, quienes mandan mensajes equivocados a los jóvenes y adolescentes.
En ese sentido, dijo que el nuevo reglamento de la Ley General para el Control del Tabaco -la cual prohíbe la exhibición de las cajetillas de cigarro y el consumo en establecimientos públicos como parques, restaurantes, escuelas, estadios, entre otras restricciones- no va a desalentar el consumo.
“Desde el momento en el que algo se prohíbe, para los consumidores es posible hacerlo. En segundo lugar, van a generar curiosidad, porque los jóvenes se preguntarán por qué está pasando esto. En tercer lugar, los jóvenes no consumen por tener el tabaco exhibido en las tiendas, lo hacen porque tal vez en casa los papás fuman o cuando los amigos les invitan a fumar y los adolescentes por pertenecer a un grupo, los aceptan”, explicó.
Además, indicó que antes de la pandemia ya había aumentado el número de consumidores, principalmente mujeres.
Señaló que no hay cifras actualizadas porque el confinamiento no permitió hacer consultas, pláticas de prevención o diagnósticos certeros.
“Pero sí se sabe que aumentó el consumo de nicotina durante la pandemia, tanto en jóvenes como en adultos, principalmente en quienes presentaron trastornos de ansiedad y depresión”, insistió.
Respecto a prohibir el servicio a los fumadores en los restaurantes aún cuando esté limitado el espacio, dijo que podría ser benéfico para quienes no fuman, protegiendo incluso a los meseros.
Sin embargo, para ver la eficiencia o no de una campaña, mencionó que será importante que en un plazo de seis meses o un año se den a conocer los primeros resultados de una evaluación tras la aplicación de esta nueva Ley Antitabaco.
“Me parece que como un estado democrático, nosotros los especialistas debemos hacer la consulta y mediar entre las partes involucradas. No me parece mal la iniciativa, pero sí veo que una parte no va a funcionar. Incluso, las mismas redes sociales son el canal donde muchos venden las drogas, tanto lícitas como ilícitas, y mercado negro sí hay y seguirá, no solo de tabaco, también de alcohol, mariguana y otras sustancias”, acotó.
Datos del Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas del gobierno federal, mencionan que en el 2022 la Industria del Tabaco registró 53 unidades económicas.
Las entidades federativas con mayor número de unidades económicas fueron Veracruz con 24 unidades, Nayarit con 6 y Jalisco con 5 y en el caso de Puebla, se registraron dos.