Tomar el atole de la mañana en el puesto de la esquina o llevar comida a casa en recipientes desechables, parecen ser acciones inofensivas, pero si se multiplica por el número de personas que diariamente recurren a esta práctica, es preocupante el daño que se le hace al planeta.
Así lo explicó Alexander Torres, gerente de sostenibilidad para la región de Centroamérica, Estados Unidos y México de la empresa Carvajal Empaques, quien compartió las principales acciones que lleva a cabo esta firma para contribuir al cuidado del medio ambiente.
En entrevista con El Universal Puebla, explicó que Carvajal es una organización hispanoamericana y de una parte de Estados Unidos que tiene varias unidades de negocio, entre ellas, el área de empaques, que en México se conoce como Convermex.
Desde hace 10 años llevan a cabo el proceso de convertir parte de sus productos de unicel blanco a una opción de biodegradable y reciclable.
Cuenta con un molino que utiliza el gabazo de caña y lo reutiliza para transformarlo en cartón y papel; con el cartón obtienen vasos, platos, contenedores, charola, bandejas y otros productos, mientras que con el papel se hacen cuadernos.
“En pocos días estaremos por sacar en México el reciclado de poliestireno. Es decir, todo el unicel se toma del postconsumo, que está en la calle, se entregan a Resirene, una empresa instalada en Tlaxcala, para que con una conversión química nos lo devuelvan en resina, de esta manera Carvajal Empaques reutiliza el material y dejamos de usar materiales vírgenes”, explicó.
Los productos de reciclado se pueden adquirir en tiendas como Sams, supermercados y en la misma Central de Abasto. Se identifican con las marcas Bioform, ConvermexBio y Dipsa.
Convenio con la BUAP
Como parte de esta estrategia de sostenibilidad, Carvajal Empaques también logró un convenio con la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
La empresa se dio a la tarea de hacer adoquines con material reciclado y la BUAP se interesó en esta idea.
Fue en 2023 cuando la Coordinación General de Desarrollo Sustentable de la BUAP impulsó una colecta de unicel en las unidades académicas y dependencias administrativas, obteniendo 10.5 toneladas de unicel reciclado.
Alexander Torres comentó que la empresa recibió el material y lo transformó en más de 2 mil 200 adoquines, mismos que hoy se pueden mirar en 110 metros cuadrados de la Plazuela de la Sostenibilidad, frente a la Dirección de Administración Escolar en Ciudad Universitaria, donde también se instaló un jardín de polinizadores y se plantó un pino azul mexicano.
“Hacer adoquines no es nuestro negocio, por lo que ahora nuestra tarea es traer a los estudiantes de la BUAP para que conozcan cómo es el proceso y sean autosuficientes en la creación de adoquines, porque seguirán teniendo más espacios”, dijo.
Con la máxima casa de estudios también han impartido pláticas y los jóvenes han podido conocer la planta instalada en Calle Entronque número 25 del corredor Industrial Oriente, en la colonia La Ciénega.
Primera aula sustentable en México
Carvajal Empaques también, en colaboración con la firma Bloqueplas México y el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECyTE) del estado de Puebla, edificó la primera aula sustentable en el país.
En este caso no fueron de bloque de unicel, pero sí plástico de alta y de baja densidad que reunió la comunidad y lo transformó en bloques para dar forma a los muros del salón de clases, en lugar de cemento o ladrillos en el municipio de Xicotepec.
Apadrinan el Parque de las Ninfas
En el caso de la ciudad de Puebla, en coordinación con el Ayuntamiento de Puebla, tienen en resguardo el Parque de las Ninfas, ubicado en la 13 Sur y 25 Poniente.
La empresa se encargan de mantenerlo podado, regar las áreas verdes, cuidar los juegos infantiles para que estén disponibles para los niños y todo el espacio se mantenga en buenas condiciones.
El ingeniero Torres añadió que así como los ejemplos anteriores, cuenta con varios colaboradores. Algunos llevan a cabo un programa de talleres en las escuelas, desde nivel primaria, para enseñar sobre educación ambiental.
La idea es que desde pequeños conozcan sobre la economía circular, es decir, que sepan que pueden reciclar residuos, ganar dinero por ello y al mismo tiempo, que se contribuye al cuidado del medio ambiente.
De igual manera trabajan para que los recicladores o pepenadores se vuelvan formales. Desde que comenzaron esta aventura, pasaron de tener 100 personas en un año a 3 mil al cierre del 2023.
“Es muy importante que valoricemos los residuos, que entendamos que la palabra basura y desecho ya no están en el vocabulario, hoy todo es residuo aprovechable y desde la casa se puede reciclar y obtener dinero, al mismo tiempo que los residuos se convierten en otra cosa”, añadió tras reiterar que poco a poco desaparecerá el unicel blanco.
Para el 2024, las metas de Carvajal Empaques son contar con más de 5 mil personas en economía circular, que sean entre pepenadores y recicladores de oficio, así como incorporar un 2 por ciento de resina postconsumo grado FDA a todo lo que sea espumado, a todo lo que sean platos, contenedores, charolas.
Mientras que para el 2030 la proyección es llegar al 50 por ciento de reducción de impacto ambiental en toneladas de CO₂ (bióxido de carbono) respecto al año 2019, que fue antes de la pandemia por Covid-19.