El reacomodo del crimen organizado es el responsable del recrudecimiento de la violencia en el estado, señaló Tadeo Luna de la Mora, responsable de Seguridad del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría SJ de la Universidad Iberoamericana (Ibero) de Puebla.
En entrevista con El Universal Puebla, consideró que a pesar de ello, las autoridades se han vuelto omisas y desinteresadas.
En las últimas semanas, han sido constantes los reportes de la aparición de cadáveres en distintos puntos de la entidad, sobre todo en la ciudad de Puebla. Los primeros quince días de agosto se registraron 48 homicidios en el estado, algunos de ellos con signos de violencia extrema.
¿Cuándo se empezó a recrudecer la violencia en la capital de Puebla?
Tiene ya muchos años, podemos rastrearlo más o menos a partir del 2013-2014 cuando las cosas se empiezan a descomponer o más bien cuando al menos en los medios de comunicación aparecen estas noticias de violencia desmedida.
¿A qué se debe?
Pareciera que se ha venido desarrollando en el estado de Puebla a partir del reacomodo de los grupos de la delincuencia organizada. En el 2006 cuando empieza la llamada guerra contra el narco que se centra en estados concretos como Michoacán, Chihuahua, Tamaulipas, vimos cómo los grupos de la delincuencia organizada se transforman y cambian sus controles territoriales, se desplazan hacia otros estados que no considerábamos como típicamente peligrosos antes. Hoy tenemos problemas muy serios de violencia y delincuencia en estados como Guanajuato, Jalisco o Puebla que no aparecen en el imaginario a nivel nacional como típicamente peligrosos.
¿Con qué delitos está relacionada esta violencia que generan las bandas delictivas?
Principalmente está relacionada con el huachicol, el robo a transportistas, la trata y tráfico de personas especialmente de mujeres con fines de explotación sexual.
¿Es posible que disminuya, qué tienen que hacer las instituciones de seguridad?
Sí es posible, pero sólo si nos dejamos de centrar en la respuesta policial militarizada o en el enfrentamiento directo a la delincuencia organizada, es decir, estas cuestiones reactivas de las Policías tienen que ir acompañadas de políticas públicas integrales. Pegarle desde el punto de vista económico que es donde más les duele, que vaya acompañado de campañas de prevención.
¿Existe miedo en las autoridades para combatir a los grupos crimínales que ocasionan la violencia?
No creo que sea miedo. Creo que por un lado lo que ha quedado demostrado es un desinterés, es decir, cuando al gobierno le interesa demostrar su poder, su capacidad de hacer investigación, de encontrar a tal persona desaparecida, de detener a tal delincuente, hay ejemplos claros de cómo la estructura estatal se aplica y lo logra. Por eso yo hablo del desinterés, hay temas que pareciera que no les importan, no lo aceptan en el discurso porque es políticamente incorrecto.
Entonces ¿es cuestión de incapacidad?
Es real que hay una incapacidad, con el número de policías no alcanza para brindar seguridad, con el número de Ministerios Públicos no alcanza para las investigaciones. Estamos ante una realidad que desborda a las propias instituciones, entonces mi lectura es más por el desinterés y, cuando ya les interesa, ya no tienen la capacidad para combatirla.
¿La violencia a la que están expuestas las personas que viven en la capital les genera desensibilización?
El ciudadano común y corriente, a pesar de las noticias y de los cuerpos desmembrados, de este bombardeo de las violencias, nos tenemos que levantar al día siguiente y salir a trabajar. Esto habla de un proceso de normalización de la violencia y no lo digo en el mal sentido, lo digo en el sentido de que tenemos que hacerlo, tenemos que gestionar este sentimiento de inseguridad. El problema está en que nos terminemos acostumbrado.
¿Será un reto para el nuevo gobierno municipal combatir la violencia?
Sí, el reto es grande, desde luego no hay soluciones simples a problemas tan complejos. Yo haría esta invitación al gobierno entrante, que no se puede dormir en sus laureles y esperar que la federación resuelva todo, estoy hablando estrictamente de la Guardia Nacional. No podemos seguir esperando que la Guardia Nacional o que el Ejército vengan a resolver nuestros problemas, más bien hay que ocuparnos.
