Educación

UNAM logra las primeras imágenes internas del Popocatépetl gracias a la inteligencia artificial

Observaron hasta 10 kilómetros de profundidad del volcán Popocatépetl

Investigadores de la UNAM lograron identificar pequeñas señales sísmicas en el volcán Popocatépetl | Foto: EsImagen / UNAM
20/07/2024 |09:42
Angeles Bretón
RedactorVer perfil

El término de Inteligencia Artificial o IA cada vez se vuelve más común en todo el mundo y en diferentes aspectos de la vida, por lo que aplicarlo al volcán Popocatépetl no fue la excepción.

Al menos eso fue lo que hicieron investigadores del Instituto de Geofísica (IGF) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes mediante el entrenamiento de un sistema de IA lograron identificar pequeñas señales sísmicas generadas dentro de Don Goyo y esperan complementar la tomografía de ruido ambiente que actualmente realizan de su interior.

Marco Calo, investigador en el departamento de Vulcanología del IGF, y las doctorantes Leonarda I. Esquivel Mendiola y Karina Bernal Manzanilla, explicaron que la actual red de instrumentos sísmicos alrededor del coloso, parecidos a una radiografía médica, les permite obtener imágenes del interior del volcán con una resolución inédita.

Para el estudio emplearon dos métodos distintos, el primero es la interferometría sísmica, que usa el ruido sísmico ambiental, y el segundo es monitorear las señales de los pequeños temblores que ocurren dentro del volcán para los cuales usan la IA.

¿Qué hay al interior del Popocatépetl según la IA?

Leonarda Esquivel Mendiola, estudiante de doctorado en Ciencias de la Tierra especializada en sismología, en el boletín de la UNAM señaló que ya cuenta con las primeras imágenes de la estructura interna del volcán hasta a 10 kilómetros de profundidad, es decir, 5 kilómetros sobre el nivel del mar y 5 debajo de este.

Investigadores de la UNAM lograron identificar pequeñas señales sísmicas en el volcán Popocatépetl | Foto: EsImagen / UNAM

Así es como lograron observar una imagen del edificio completo del volcán, cada punto indica la sismicidad y los colores, las anomalías, que se refieren a zonas donde las ondas sísmicas se propagan con mayor velocidad. Igual tienen una imagen completa de la estructura horizontal y la profundidad del volcán.

Indicaron que, aunque existe la teoría de que cuentan solo con una cámara magmática, la realidad de lo que se observa en el Popo es que no es un cuarto o una esfera, sino que el material se mueve por distintos espacios o conductos que encuentra entre las fracturas de las rocas.

En tanto, Karina Bernal realiza el entrenamiento de un sistema de IA para identificar distintos tipos de temblores que ocurren dentro del volcán. A partir de eso, harán una nueva tomografía para tener mayor resolución y detalle de las estructuras que hay dentro.

Los expertos han encontrado que la IA logra en gran medida identificar la sismicidad en los reportes oficiales, incluso hallar nuevos eventos que tal vez ha sido muy difícil identificar con una simple revisión manual.

¿Para qué servirá usar la IA en el Popocatépetl?

A decir de los investigadores, la información recabada en conjunto servirá para mejorar los modelos que explican cómo funciona el Popo.

También permitirá apoyar a Protección Civil en la toma de decisiones más convenientes y a los gobiernos para salvaguardar mejor a la población.

¿Qué es lo que sigue entre el Popocatépetl y la IA?

En el futuro, con la ayuda de la inteligencia artificial, se espera contribuir en el monitoreo del volcán, implementar los modelos de velocidades, complementar los reportes manuales que ayudan al desarrollo de sistemas de monitoreo más eficientes y confiables.

El desafío para los investigadores de lGF es mejorar la rapidez en la adquisición de datos, pues actualmente laboran con los registros póstumos y con la implementación de la IA se puede procesar un mes de datos en una hora, el objetivo es aprovecharlo en tiempo real.



Cabe recordar que el vulcanólogo Marco Caló llegó a México hace casi una década y ayudó al desarrollo de la actual red sísmica de monitoreo, que fue mejorada en 2018 en el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), y un año después realizó la “instalación de una red de ocho estaciones adicionales” gestionadas por el departamento de vulcanología del IGF.