Educación

Trastorno del Estrés Postraumático. ¿Cómo reconocerlo y tratarlo?

Especialistas identifican cuatro tipos de este trastorno y recomiendan terapias específicas para evitar que evolucione

El primer paso para atender el TEPT es aprender a identificarlo. Foto: Pixabay
20/09/2022 |06:00Demian Magallán |

El estrés postraumático causado por los sismos es uno de los retos que tiene la población, así como enfrentar el miedo y el duelo por las pérdidas tanto materiales como humanas, de acuerdo con especialistas.

Los efectos sicológicos ante un evento traumático como en el caso de un sismo van desde una crisis nerviosa hasta el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) que puede desencadenar sicosis, de acuerdo con la Asociación Psiquiátrica Mexicana, A.C. (APM).

Juan Luis Vázquez Hernández, ex presidente de la APM, comentó a EL UNIVERSAL que la sensación de peligro inminente produce en las personas un aumento de la frecuencia cardiaca y en la respiración, sudoración abundante, temblores y hasta desmayos.

La crisis de angustia o de pánico puede presentarse una sola vez por la situación tan inesperada que se vive, y durar de tres a 15 minutos, a diferencia del estrés postraumático, que se presenta después del  shock y puede ser recurrente.

Manuel González Oscoy, investigador de la Facultad de Psicología de la UNAM, comentó que el estrés postraumatico prevalecerá entre las personas que estuvieron expuestas al sismo, debido a que hubo varios precedentes que contribuyeron a generar el miedo.

María Elena Sánchez Azuara, investigadora del departamento de Psicología de la UAM Iztapalapa, dijo que este tipo de estrés produce afectaciones no sólo a nivel mental, como ansiedad, angustia y alteración del sueño, sino también biológico, como problemas digestivos.

Para atenderlo se requiere que los afectados expresen los sentimientos por los que están pasando.

De acuerdo con el investigador de la Facultad de Psicología de la UNAM, Rogelio Flores Morales, el trastorno de estrés postraumático “es una afección mental que algunas personas experimentamos después de un evento traumático, como la guerra, desastres naturales, un accidente automovilístico o violencia en cualquiera de sus formas”.

“Es una afección que trastoca la vida de las personas. En las relaciones interpersonales se presenta distanciamiento social, desconfianza de la gente y problemas de comunicación. En especial quienes vivieron estrés crónico como consecuencia de un suceso traumático, tienen miedo incluso a salir de casa. También pueden desarrollar apatía o irritabilidad. Todo esto puede trastocar la vida de las personas de muchas maneras”, manifestó el docente.

Los síntomas que se observan en personas con TEPT son diversos, De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, se han dividido en cuatro tipos:

  1. Revisvivencia. Algo le recuerda el trauma y vuelve a experimentar el mismo miedo (flashbacks o recuerdos recurrentes, pesadillas).
  2. Evasión. Intenta eludir situaciones o personas que desencadenan recuerdos del hecho traumático.
  3. Hipervigilancia y reactividad. Está muy al pendiente e incluso ve peligro donde no lo hay. También presenta arrebatos de ira, dificultad para dormir y sobresaltos.
  4. Cognitivos/estado de ánimo. Cambios negativos en creencias y sentimientos. Por ejemplo, hay pensamientos negativos sobre sí mismo y el mundo, sentimiento de culpa, falta de interés en la vida, falta de concentración. Todo lo ve negativo.

Aunque no es común, las ideas suicidas también entran en la sintomatología del TEPT, pero de acuerdo con Flores Morales esto ocurre en casos muy extremos y muy pocas personas llegan a ese punto, si tienen el apoyo de su familia o de su círculo cercano.

Los efectos del trastorno de estrés postraumático surgen de inmediato y van creciendo poco a poco, e incluso hay personas que los presentan por más de 30 días.

El TEPT no sólo afecta a la persona que lo presenta, sino también a los familiares, “que pueden reproducir los mismos síntomas”.

Aunque el TEPT no distingue edades, por lo que puede afectarnos en cualquier etapa de nuestra vida, hay factores de riesgo que nos hacen más vulnerables a esta afección mental, entre los que destacan:

Vivencia de hechos violentos (guerras, asaltos, terrorismo).
Vivencia de desastres naturales (sismos, huracanes, incendios, inundaciones, erupciones volcánicas).
Haber pasado por situaciones complicadas en la vida (maltrato o violencia en todos sus tipos).
Un trabajo que implique estar ligado al riesgo o ser testigo de situaciones traumáticas (militares, personal de salud, periodistas).
Tener depresión, ansiedad o rumiación (pensamientos negativos recurrentes).
Carecer de un buen sistema de apoyo familiar o de amigos

Si bien hay factores que aumentan la probabilidad de presentar TEPT, hay otros que las disminuyen, como son los factores de resiliencia, que básicamente nos permiten sacar lo “positivo” de una experiencia traumática.

Entre estos se encuentran:

Recibir ayuda de amigos, familiares o grupos de apoyo.
Aprender a sentirse bien con la forma en que se actuó como respuesta a la experiencia traumática.
Contar con una estrategia de afrontamiento para superar y aprender de un evento traumático.
Estar preparado para responder a acontecimientos perturbadores cuando ocurran, a pesar de sentir miedo.

¿Cómo se tratar el TEPT?

De acuerdo con especialistas de la los efectos del TEPT son distintos en cada persona, por lo que un tratamiento que puede funcionar en un individuo puede no hacerlo en otro. Sin embargo, se recomienda la terapia y, en casos extremos, medicamentos.

Si una persona recibe terapia es probable que sea tratada por medio de la terapia conductual cognitiva (TCC). Ésta se divide a su vez en terapia de procesamiento cognitivo (TPC) y en terapia de exposición prolongada (TEP).

En la primera se busca examinar los pensamientos del paciente, ver cómo se cuenta él mismo el trauma y discernir si son exactos o inexactos. En cuanto al TEP, funciona  a través de exposiciones repetidas a sus pensamientos, sentimientos y situaciones que ha estado evitando y le ayuda a comprender que los recuerdos del trauma no tienen que evitarse.

Por otro lado, los medicamentos se recomiendan aunque en menor medida y deben ser utilizados sólo en caso de emergencia. Es decir, se prescriben únicamente cuando el paciente no puede neutralizar los síntomas o son más recurrentes.