Un socavón como el que apareció en Santa María Zacatepec, Puebla, es un fenémeno geológico prácticamente impredecible.
Ramón Espinasa Pereña, especialista en vulcanología de la Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), subrayó que el principal problema de los socavones es que se trata de un fenómeno que ocurre debajo de la tierra.
“Va creciendo no se puede predecir cuando se produce el colapso. Hay poca evidencia. Es difícil de pronosticar que eso está ocurriendo”.
Sin embargo, a pesar de que resulta difícil saber cuándo aparecerá un socavón como el que surgió en el municipio Juan C. Bonilla, existen algunas señales que podrían alertar sobre su formación.
“Se pueden tener señales precursoras. No siempre ocurren pero si sé si se presta atención las podemos ver”, explica el doctor Carlos Valdés González, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM.
Algunas de esas señales son los agrietamientos en el suelo, hundimientos del terreno, ruidos provenientes del subsuelo. En socavones como el de Puebla, otra señal que puede alertar es la presencia de daño en la vegetación o plantas secas.
“Si tenemos cultivos como los que observamos en la zona del socavón que están completamente secos. Si de repente en una zona se están secando, a pesar de que estemos regando muy bien, entonces el agua se está filtrando de una manera muy rápida”, explicó el especialista y exdirector del Centro Nacional de Desastres (Cenapred).
Por su parte, Wendy Morales Barrera, maestra del Instituto de Geología de la UNAM, explicó que los socavones son fenómenos de subsidencia, es decir de hundimiento progresivo.
“Estuve analizando las fotografías aéreas y al hacer un perfil topografico veíamos que ya se iba generando un pequeño hundimiento. Ya había inidicios de que ahí ya estaba sucediendo algo”, señaló la especialista en la gestión y reducción del riesgo geológico.
El riesgo de que su tamaño aumente se mantiene. El ingeniero Carlos Valdés señaló que el socavón podría continuar extendiéndose.
Hay dos factores que pueden influir en su crecimiento: la temporada de lluvias y el hecho de que las paredes del socavón son muy verticales.
Vemos que las paredes son muy verticales, prácticamente son las paredes de un edificio, se puede recortar a un ángulo de 45° y esto le daría estabilidad. Pero no habría manera de meter ningún instrumento, aparato o hacerlo de forma manual, porque el mismo peso de estos equipos puede provocar que se venga abajo, dijo el especialista.