Si bien las imágenes de infantes separándose de sus padres para ingresar a su primer día de clases parecen normales, con todo lo que ello implica en el ámbito emocional, ya que representa para el menor el inicio de una nueva etapa de su vida, no es un evento aislado. El arranque de un ciclo escolar impacta a la sociedad en conjunto, pero especialmente a los estudiantes.

El inicio de clases obliga a realizar cambios en la gestión del tiempo y a enfrentar las expectativas de un nuevo período. En pocas palabras, incide en los hábitos y costumbres del día a día, requiriendo ajustarse a un horario y cumplir con nuevos deberes. Estas acciones afectan directamente aspectos como los horarios para dormir, los hábitos de higiene y la alimentación.

El comienzo de un nuevo ciclo escolar implica para los menores una tensión emocional y un estrés que puede ser difícil de manejar. El hecho de saber quién o quiénes serán sus instructores y sus nuevos compañeros es un elemento crucial para quienes ya han cursado al menos un año escolar. Sin embargo, para los infantes que ingresan por primera vez a un ciclo escolar o a un nuevo plantel, se trata de una experiencia novedosa y única que modifica su entorno social y conductual.

En paralelo, la tensión que experimentan algunos menores puede generar malestar en sus padres e incrementar su nivel de estrés.

El primer día de clases

El primer día de un nuevo ciclo escolar es un evento único. Algunos alumnos llegan entusiasmados, mientras que otros lo hacen con timidez. Sin embargo, la reacción del niño en su primer día de clases representa un desafío, incluso para aquellos que no han asistido a la escuela anteriormente, ya que separarse de los padres por primera vez puede ser difícil.

Es un acontecimiento importante en la vida del niño, quien se siente mayor al ingresar a un colegio para recibir instrucción, una situación nueva que puede asustarlo. En consecuencia, es común ver escenas de llanto desesperado y padres que no saben si irse con sentimientos de culpa o quedarse.

Por ello, es fundamental utilizar los días previos al inicio del ciclo escolar para dialogar con los pequeños y explicarles con claridad el panorama al que se enfrentarán. Con los menores que ya han asistido a la escuela, es importante recordarles la necesidad de retomar las actividades que se interrumpieron durante las vacaciones.

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