La historia de una figura tan emblemática como Matilde Montoya, quien sentó las bases para la presencia femenina en las aulas universitarias en México, es rescatada por el escritor Carlos Pascual, en su novela histórica Matilde. La primera médica mexicana, presentada por la Rectora María Lilia Cedillo Ramírez en el auditorio Julio Glockner, ante estudiantes del Área de la Salud.
La doctora Lilia Cedillo comentó la importancia de este personaje histórico, no sólo por ser la primera mujer en estudiar la carrera de Medicina, sino por todos los obstáculos que tuvo que enfrentar y cómo la influencia de Soledad Lafragua, madre de Matilde Montoya, fue decisiva en su destino, lo cual permitió que hoy muchas mujeres puedan tener la libertad de estudiar ésta y otras carreras universitarias.
Recordó el pasaje narrado, en el cual la protagonista se enfrenta a una sociedad poblana muy cerrada, pues las mujeres no debían acceder a la ciencia por motivos de pudor; por ejemplo, era indecoroso que observaran la desnudez de un cadáver masculino. “Matilde fue una mujer admirable, invencible a pesar de todo lo que sufrió: las burlas, la presión”.
La persecución que sufre al entrar en la universidad y cómo otras mujeres -como Carmen Romero Rubio, la esposa de Porfirio Díaz- la apoyaron para que pudiera titularse es otro de los aspectos que destacó la Rectora Lilia Cedillo, quien aprovechó para anunciar que la zona donde se albergarán los edificios para laboratorios de simulación de la Facultad de Medicina llevarán el nombre de Unidad Matilde Montoya, en honor a esta mujer, tan representativa en la historia de la ciencia y la Medicina en México.
En la presentación, el autor Carlos Pascual, agradeció la invitación y lectura de la Rectora de la BUAP. Asimismo, el director de Librerias BUAP, Jorge David Cortés Moreno, celebró la presencia del escritor, quien compartió con los estudiantes historias personales que sirvieron de inspiración para escribir esta obra, editada por Grijalbo.
Con la firme convicción de seguir su vocación, Matilde Montoya luchó contra las tradiciones y cánones impuestos por la sociedad en el siglo XIX. Por su carácter y fortaleza no podrá ser ignorada, su legado está impreso en todas las generaciones de mujeres que ejercen la Medicina.