El pasado 25 de mayo, el Congreso del estado recibió del gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina una iniciativa de decreto que reforma y adiciona diversas disposiciones de la Ley de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
Pero ¿por qué la BUAP tendrá una nueva ley y en qué consisten las reformas y adiciones que actualmente se analizan en comisiones?
La rectora de la BUAP, Lilia Cedillo Ramírez, ha expuesto que esta iniciativa que ellos enviaron al Ejecutivo y éste a su vez a los diputados, fue una propuesta que se gestionó ampliamente al interior de la universidad y que incluso fue votada por unos 50 mil universitarios en un hecho histórico.
La ley considera temas actuales como la inclusión, la prevención de la violencia de género e incluso, el cuidado al medio ambiente, aunque su contenido es más amplio.
Así se puede constatar en una revisión a la iniciativa que será revisada, determinada y votada por los legisladores.
En el documento de inicio se hace un recuento de la historia de la BUAP y de cómo es una institución, cuyos orígenes coinciden con los de la fundación de la ciudad, pero que a lo largo del tiempo sufrió modificaciones en su nombre y en los documentos que la rigen.
En 1937, por ejemplo se transformó de Colegio del Estado a Universidad de Puebla y surge su primera Ley Orgánica como resultado de movimientos estudiantiles.
Tras esta primera formalización la universidad se vio involucrada en conflictos políticos del estado, pero la lucha por la autonomía continuó y hacia 1961 se reafirmó el carácter laico de la educación superior y se promulgó una nueva Ley Orgánica en 1963.
Fue en abril de 1987 que el entonces Congreso del estado le otorgó el título de Benemérita y un 19 de abril pero de 1991 se aprobó la primera ley de la universidad.
En la reseña histórica se expone que la actual reforma busca hacer frente a armonizaciones por reformas a nivel federal en materia de educación realizadas en 2019 y 2021.
Entre las modificaciones que ahora se plantean están aspectos reglamentarios del Consejo Universitario que deberá poner atención a un listado de puntos.
Estos incluyen la igualdad sustantiva; la prevención y erradicación de todo tipo de violencia; las perspectivas institucionales de género; el fomento al deporte, la salud y el bienestar y el respeto, cuidado y preservación del medio ambiente.
También consideran la internacionalización de la universidad; la formación de habilidades digitales; la consideración de las conductas éticas y el ejercicio responsable de los recursos, entre otros temas.
Con las reformas también se homologa la forma para designar quién será el titular de la Defensoría de los Derechos Universitarios para que esta figura la ocupe quien está al frente de la Rectoría ante el Consejo Universitario.
Por otro lado se busca evitar actos de discriminación por razón de edad, por lo que se elimina una edad máxima como requisito para ocupar el cargo de Rectoría.
El miércoles 31 de mayo, la propia Lilia Cedillo acudió al análisis de la iniciativa en comisiones y se espera que ésta sea primera aprobada en grupos de trabajos y después en una sesión del pleno.