La importancia del cuidado de la salud mental es un tema que preocupa y ocupa a la doctora Lilia Cedillo Ramírez, rectora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), quien tuvo la iniciativa de crear el Centro de Apoyo Emocional y Terapia Ocupacional (CAETO).
El CAETO es un modelo único en el país y opera en Ciudad Universitaria de Puebla desde el 30 de septiembre de 2022.
Surgió de la necesidad de dar atención emocional a los estudiantes de preparatorias y universidad de la BUAP, principalmente foráneos, al mismo tiempo que rescatar a los ejemplares caninos callejeros que durante la pandemia se entrenaron en Ciudad Universitaria.
La misión es atender los problemas de depresión, estrés, aislamiento y ansiedad que padecen algunos jóvenes, además de prevenir conductas de riesgo, mientras que de manera paralela se impulsa el respeto y cuidado de los seres vivos con los que cohabitamos.
Para la intervención emocional de estudiantes se llevan a cabo Terapias Asistidas con Perros (TAP), las cuales son completamente gratuitas, pueden ser individuales o grupales.
Las sesiones con los perritos y los jóvenes que necesitan la terapia emocional duran 30 minutos como máximo cuando se trate de terapias individuales y hasta de 40 minutos si son grupales.
Al inicio eran cinco lomitos, pero con el paso del tiempo se fueron sumando otros ejemplares al grado de contar con un total de 10, que han intervenido en poco más de 5 mil 700 sesiones.
De acuerdo con la BUAP, la intervención asistida con perros contempla cuatro directrices para el desarrollo de las actividades para el bienestar físico, emocional y social de las personas.
-Directriz Kinestésica: coordinar y explorar psicomotricidad generando aprendizaje a través de la experiencia.
-Directriz Psicológica: reconocer y redirigir el pensamiento del individuo para su mejoramiento.
-Directriz Social: identificar la individualidad y las características que hacen al individuo parte de la sociedad.
-Directriz Cognitiva: fortalecer los procesos mentales
Los beneficios que se logran son:
-Mejor disposición de involucrarse en actividades grupales y de trabajo en equipo.
-Incremento de la autoestima.
-Aumento del sentido de la responsabilidad.
-Reducción de la ansiedad y/o el sentimiento de soledad.
-Abrir espacio para la expresión de afecto y de sentimientos.
-Aumento de los niveles de atención y concentración.
-Superación de miedos.
-Mejora estado físico.
-Alivio al estrés.
-Reducción del ritmo cardiaco, reducción de la presión arterial.
El área de Apoyo Emocional del CATEO está a cargo de Francisco Cepeda Astorga, psicólogo especialista.
También colaboran dos voluntarios para el manejo de los caninos, uno es psicólogo y el otro egresado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación.
Las terapias se imparten de lunes a viernes, de 9:00 a 17:00 horas y cada perrito realiza tres sesiones al día, pues también es importante cuidar el bienestar físico de los animalitos, a estudiantes que son canalizados o que piden la terapia por iniciativa propia.
Los lomitos se encuentran en el CATEO que tiene una superficie de 435.91 metros cuadrados de construcción interna y 600.87 metros de construcción externa.
El espacio está dividido en tres módulos, donde hay un albergue digno y seguro a los perros entrenados para ofrecer terapias psicológicas.
Tienen un espacio cubierto para la estancia de los lomitos, pero también hay 28 perreras con asoleaderos, el área de baño con dos tinas, bodega y almacén de alimento.
El segundo módulo se integra por oficinas, sanitarios, consultorio de apoyo emocional, cubículos para revisión veterinaria y zona de recuperación y para preparación de alimentos para los lomitos.
Para su bienestar físico, en el tercer módulo, cuentan con área descubierta donde hacen ejercicios en rampas, mesa, obstáculos y sube y baja.
En todos los módulos hay videovigilancia, seguridad y detección de humo, agua y electricidad, entre otros implementos que permitirán a los usuarios sentirse cómodos y seguros.