La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla dio a conocer en un comunicado que el estado de Puebla es uno de los nueve productores más importantes de hortalizas del país. Su exportación, sin embargo, resulta complicada debido a que la Administración de Medicamentos y Alimentos (USFDA, por sus siglas en inglés) restringe el ingreso de algunos productos por la presencia de parásitos. De aquí la necesidad de estrechar alianzas entre sectores para garantizar la inocuidad de los productos agrícolas, refirió la rectora Lilia Cedillo Ramírez.
Al suscribir la “Carta de Puebla para la seguridad alimentaria de los alimentos frescos”, cuya intención es promover la sanidad vegetal, la doctora Cedillo agradeció a investigadores de la BUAP y de Estados Unidos, así como a representantes del gobierno y del sector productivo, que se dieron cita en la institución para identificar y erradicar las causas de la alerta sanitaria 2423 de la USFDA, la cual impide la exportación del cilantro producido en Puebla a Estados Unidos.
Tras señalar la importancia de garantizar la inocuidad de los alimentos y que cumplan con ciertos estándares, para que los productores puedan exportarlos, indicó que esta vinculación marcará el inicio de un trabajo fructífero, para beneficiar al sector agrícola y a otras áreas en las que la BUAP tiene presencia y fortalezas.
La firma de este manifiesto se realizó en el marco del “Foro de inocuidad de productos agrícolas frescos poblanos; desafíos y soluciones ante las disposiciones sanitarias regulatorias”, realizado en el Centro Universitario de Vinculación y Transferencia Tecnológica (CUVyTT) de la institución.
Ygnacio Martínez Laguna, vicerrector de Investigación y Estudios de Posgrado, detalló que este foro es parte del proyecto I2LATAM para el fortalecimiento de la investigación y la innovación, cofinanciado por el programa Erasmus+ de la Unión Europea.
“Es ejemplo de un trabajo interdisciplinario y que refleja el modelo de investigación abierta y comprometida de la institución, el cual aportará resultados en beneficio de los productores y consumidores”, comentó.
Derivado de este proyecto, investigadores de la BUAP y de la Universidad de Georgia imparten cursos de capacitación a productores del país, para reducir o eliminar los peligros físicos, químicos y biológicos durante la producción, cosecha y manejo de alimentos agrícolas; así como las condiciones que debe cumplir el agua y suelo. A la par se brinda información de la nueva regulación FMSA (Food Modernization Safety Act), considerada por la USFDA para la exportación de productos frescos a Estados Unidos.
Con respecto a la citada carta de intención, Martínez Laguna consideró que se trata de “una declaratoria de un grupo, tanto de expertos y de instituciones aliadas estratégicamente, para solucionar concretamente la regulación para los alimentos frescos y su potencial exportación a nuestro cliente principal: Estados Unidos. Su cometido es dar pie a la realización de acciones”.
En el “Foro de inocuidad de productos agrícolas frescos poblanos; desafíos y soluciones ante las disposiciones sanitarias regulatorias”, la BUAP convocó a diversos sectores: académicos de la BUAP y de las universidades de Georgia y Estatal de Mississippi, de Estados Unidos; expertos en inocuidad alimentaria y representantes de cámaras empresariales involucradas en el procesamiento, comercialización y distribución de los alimentos frescos.
En una especie de ejercicio académico, denominado “World Café”, los expertos de diferentes ámbitos plantearon propuestas para crear condiciones para el cumplimiento de la normatividad en la materia, prevenir y garantizar la inocuidad de los productos agrícolas frescos del estado afectados por microorganismos, mejorar su proceso productivo y de exportación y acrecentar el número de productores acreditados para ello.
Asimismo, se discutió la dimensión microbiológica de la Cyclospora como patógeno hospedado en productos frescos que originan graves enfermedades gastrointestinales. Se repasó el origen, presencia y dinámica de transmisión del patógeno, así como las medidas preventivas por parte de los productores en el proceso de cultivo, cosecha, empaque y transporte del producto.
Derivado de estas discusiones se reconoció la importancia del manejo higiénico de los productos, la necesidad de disponer de agua de óptima calidad y una continua capacitación que conduzca al cumplimiento de estándares nacionales e internacionales que aseguren el manejo adecuado del producto.
A estos puntos se sumó la preocupación sobre la disponibilidad de recursos financieros para subsidiar la adquisición y mantenimiento de la infraestructura necesaria, así como los medios que permitan la certificación del manejo adecuado del producto.