“Todos los jóvenes tenemos aspiraciones, pero a veces somos muy limitados, todo lo que tenemos que hacer es dedicarnos a lo que nos gusta y no dejarnos llevar por comentarios negativos”, es el mensaje Ana Kristy Martínez López.
A esta joven de 18 años de edad, originaria del municipio de Tecali de Herrera, le cambió la vida a partir de la amistad que entabló con dos mujeres a través de las redes sociales.
Kristy se hizo amiga de estudiantes de ingeniería del Tec de Monterrey y de una universidad de Sonora, quienes la alentaron para que participara en el International Air and Space Program, de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA por sus siglas en inglés).
El año pasado conoció del programa, pero por falta de tiempo no pudo participar. Este año lo intentó y fue seleccionada junto con 60 jóvenes de diversas partes del mundo.
En entrevista con El Universal Puebla, la estudiante del Complejo Regional Centro Preparatoria Tepeaca de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), relató cómo fue que logró una estancia de cinco días para Huntsville, Alabama en Estados Unidos.
Para participar presentó un proyecto en inglés, que consiste en aportar una mejora en el sistema aeroespacial con base en conocimientos de mecánica, eléctrica o robótica.
Durante dos meses preparó su propuesta que consistió en una adaptación de los paneles solares que llevan los rovers que son dirigidos a Marte, ya que la durabilidad de esos vehículos tiene un problema.
“En los laboratorios de la NASA había un rover que estaba determinado para unos 15 a 25 años, pero había durado mucho menos de la mitad, y me dediqué a buscar el por qué y fue cuando me di cuenta que las tormentas de viento en Marte generaban que los paneles solares se taparan y no hubiera quién les hiciera limpieza”, mencionó.
Para ello, Kristy tuvo la idea de crear paneles solares mucho más pequeños, pues los de ahora son de 10 metros. Ella propone que sean de 10 a 20 centímetros para mejorar su transportación y calidad de vida.
Además, propuso agregar sensores meteorológicos para que fueran inteligentes y supieran en qué momento abrirse o cerrarse en caso de registrarse una tormenta de viento en Marte.
En su casa, su municipio y escuela, la noticia los tiene muy contentos, y ella está muy orgullosa de haber sido aceptada y obteniendo apoyos para poder pagar su estancia en noviembre próximo.
En tanto, la BUAP junto con el Congreso del Estado, la ayudan con los trámites para obtener su pasaporte y visa que le permitan realizar el viaje al extranjero.
Ella sigue perfeccionando el inglés, idioma que aprendió escuchando canciones, porque su intención es seguir participando en cursos y certámenes de este tipo, ya que su meta es estudiar ingeniería en mecatrónica y dirigirse al campo aeroespacial en Baja California o fuera del país.
“Estoy estudiando para mi examen de admisión para la universidad, mi vida la noto un poco atareada, pero trato de darme espacio para jugar basquetbol, o salir algunos fines de semana con mis amigos”, dijo.
Kristy tiene 18 años de edad, su mamá es ama de casa, su papá es director de una escuela primaria y tiene un hermano que es abogado y una hermana que es maestra en una telesecundaria.
Le gustan las películas de ciencia ficción, sigue tomando cursos de programación y robótica, además de que participa en algunas competencias de cohetería que se desarrollan en Baja California.
“Esta semana me he dedicado a platicar con mis compañeros de escuela, relatándoles cómo fui seleccionada, cómo fui desarrollando el proyecto y más que nada, motivándolos a seguir sus sueños, pues yo prácticamente hace un año no sabía que quería estudiar una ingeniería”, concluyó.
