El pasado lunes 7 de noviembre se conoció un lamentable hecho en el Colegio Williams de la Ciudad de México, donde un niño de seis años murió por “asfixia por sumersión” en la alberca del plantel, de acuerdo con lo declarado por Juan Leonardo, padre de la víctima.

En Puebla existen varios colegios que en sus instalaciones cuentan con alberca, ya sea techada o al aire libre, donde imparten clases a sus alumnos, algunos desde maternal, preescolar hasta primaria y secundaria.

Tal es el caso del Colegio Villa Zea, donde administradoras del instituto dieron a conocer a que las clases se imparten en menores desde los seis meses de edad hasta los seis años.

En la zona de la alberca cuentan con doble reja porque solo se permite el ingreso del personal autorizado para las clases y cuando no hay se evita que los niños de preescolar estén cerca de la piscina.

Siempre hay dos adultos supervisando la lección de natación, la cual es una vez a la semana y por ser una clase programada los padres de familia pueden estar presentes en el momento que se imparte, donde los grupos son de cinco niños como máximo.

Además, tienen especial atención a niños con autismo, síndrome de Down y problemas de psicomotricidad.

Lo mismo ocurre en el Saint Joseph School, donde el profesor Alfredo es el coordinador de las clases de natación, en los cuatro niveles educativos que ofrece la escuela particular.

Añadió que como coordinador cuenta con 33 años de experiencia, al igual que sus dos instructores auxiliares, y los tres tienen certificados de cursos RCP (reanimación cardiopulmonar) y guardavidas.

En el momento de las clases dijo que son tres profesores en el turno matutino y cuatro en el vespertino, quienes además se apoyan de herramientas como tablas y espaguetis. A los alumnos se les pide llevar sus flotadores.

Explicó que por experiencia lo primero que se les enseña a los niños, a partir de 4 años, es a flotar, después se les apoya para que aprendan a nadar estilo “perrito”, para que aprendan a salvaguardar su vida.

“Primero que floten, aunque naden feo y todo es el chapoteadero, después que aprendan la respiración, flotación y propulsión apoyados con material, ya después se les quita los flotadores”, dijo.

Precisó que cuando son alumnos principiantes dos maestros permanecen dentro de la alberca, mientras un tercer docente observa desde afuera y a la orilla de la piscina, porque estando en la superficie se mira mejor el desempeño de los alumnos que ya saben nadar.

Las clases son solo una vez a la semana y con grupos reducidos, y cuando se trata de niños que no saben nadar, solo se permite un grupo de cinco menores de edad, mientras que en avanzados pueden ser hasta 10 alumnos.

Beneficios de aprender de nadar

A decir del profesor de natación, aprender a nadar genera varios beneficios a quien lo practica, tales como:

-En bebés los ayudan a una estimulación temprana para su aprendizaje

-Fortalecen todos sus sistemas como respiratorio, inmune, digestivo y nervioso

-Se reduce el porcentaje de padecer enfermedades como las infecciones o resfriados

-Fortalece huesos y músculos

-Incrementa la autoestima

-Incentiva a la sociabilización

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