Luego de resultar ganadora en la elección que se llevó a cabo el pasado 20 de septiembre, la doctora María Lilia Cedillo Ramírez inicia este 4 de mayo una nueva etapa en su vida académica al asumir el cargo de rectora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), para el periodo 2021-2025.
Antes de buscar la rectoría de la máxima casa de estudios de Puebla, Cedillo Ramírez se desempeñó como profesora investigadora de tiempo completo en el Centro de Investigaciones en Ciencias Microbiológicas del Instituto de Ciencias de la BUAP.
Nacida en la ciudad de Puebla, se graduó como química farmacobiologa en la Facultad de Ciencias Químicas de la BUAP en 1982 y posteriormente hizo sus estudios de Maestría y doctorado en Microbiología en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y su posdoctorado en la Universidad de Alabama en Birmingham, Estados Unidos.
Su vida ha estado ligada a la academia por 39 años, en los que se ha dedicado a la docencia y a la investigación, dando clases en las licenciaturas en biotecnología y medicina, en los posgrados de Microbiología y Ciencias Ambientales, además de que ha impartido 660 cursos en los niveles de licenciatura, maestría y doctorado.
De acuerdo con una semblanza que hiciera de ella, la BUAP, los primeros recuerdos de la próxima rectora de la BUAP está su inquietud por saber de dónde venía el hombre.
A partir de eso, surgieron muchas otras dudas. “Cuando uno trata de buscar esa respuesta y no las encuentra, empieza a investigar y a interesarse por la investigación” señaló la propia doctora a la entrevista.
Fue también en esa primera etapa de su vida, cuando descubrió su amor por la química, pues le gustaba mezclar todo lo que encontraba, por lo que siguió ese camino que le llevó a estudiar dicha carrera.
Mientras que la microbiología llegó a su vida sin que se diera cuenta “y uno no se da cuenta quizá porque tiene buenos mentores”, refirió Cedillo.
Varias personas influyeron en su vida y en su pasión por la microbiología, como la doctora Silvia Giono Cerezo, a quien considera su mamá académica. Ella formó a jóvenes investigadores y muchos de ellos se desarrollan hoy, y de manera muy muy exitosa, en diferentes partes de nuestro país y en el extranjero. O el doctor Morales Carranza, a quien agradece que le haya cobijado en su laboratorio cuando comenzaba.
Fue parte del grupo que publicó en 1993 el artículo titulado “Isolation of Mycoplasma pneumoniae from asthmatic patients”, sobre el análisis de micoplasmas y para la investigación sobre el papel que podía jugar esta bacteria de la familia Mycoplasmataceae en pacientes asmáticos.
Este texto sobre la investigación que realizará el equipo en el que participó Cedillo Ramírez, provocó que a los micoplasmas se les tomará en cuenta como posibles agentes que causan la exacerbación del asma y por eso diferentes grupos de científicos en todo el mundo empezaron a considerar los micoplasmas, en particular el Mycoplasma pneumoniae.
Cabe señalar que fue en ese mismo año, 1993, cuando se convirtió en madre, pues el lado familiar no debe dejarse de lado, declaró. Pero confiesa que a sus alumnas les dice que: “la madre naturaleza a veces es un tanto cruel con las mujeres porque la etapa en la que una es más productiva desde el punto de vista académico también es la etapa en la que una puede tener hijos y puede educar a esos pequeños.
El Centro de Detección Biomolecular de la BUA, fue un logro del doctor Ygnacio Martínez Laguna, quien lo consiguió a través de un proyecto financiado por el Conacyt, por el gobierno estatal y por la BUAP.
Este centro de investigación surgió a raíz de la pandemia de influenza AH1N1 en el año 2009 a partir de una iniciativa del propio doctor Martínez Laguna.
Y una vez puesto en marcha, Lilia Cedillo señala que a ella le tocó echar a andar a ese niño para que diera sus primeros pasos, pero no olvida agradecer la valiosa colaboración de sus compañeros.
A la doctora Lilia Cedillo, le apasiona la divulgación de la ciencia, una actividad que le llegó sin esperarla, pero que de a poco le fue invadiendo y que le llevó a ser vicerrectora de Extensión y Difusión de Cultura, del 2004 al 2012 y directora del Complejo Cultural Universitario de 2010 a 2012.
Reconoce que sus inicios en esta área fueron poco afortunados, pues sus textos los hacía con un lenguaje científico, que debió modificar para poder tener acercamiento con gente de todas las edades.
En algún momento decidió adoptar el estilo que usaba en sus charlas con sus alumnos, con quienes suele bromear y compartir anécdotas.
Posterior a esas primeras colaboraciones para el periódico universitario y haciendo una recopilación de las mismas, nació su primer libro en el año 2014 ‘El mundo invisible’, con apoyo de los diseñadores Daniel Arenas y Eduardo Picazo, quienes también le ayudaron a publicar una serie de libros con el objetivo de comunicarse con personas de todas las edades, desde niños pequeñitos hasta adultos mayores que quieren saber un poquito más del fascinante mundo de la ciencia.
A partir de la época moderna de la BUAP, que inició en 1937, cuando quedó legalmente constituída a petición del entonces gobernador Maximino Ávila Camacho, sólo hubo rectores hombres.
33 rectores y 84 años después, llega por primera vez a la rectoría una mujer, María Lilia Cedillo Ramírez, con quien además se retoma la filosofía de que el cargo debe ser ocupado por una figura de la academia y la investigación, actividades en las que lleva involucrada 39 años.
En la elección, la doctora Cedillo se impuso a los otros dos candidatos: Guadalupe Grajales y Porras y Ricardo Paredes Solorio, con un contundente 81.68 por ciento de los sufragios. Además de un total de 218 votos sectoriales, Cedillo Ramírez obtuvo 213.