Una de las tendencias que surgieron alrededor del cuidado del medio ambiente es reducir el consumo de artículos o productos que consumen miles de litros para su elaboración, lo que incluye la ropa. Por ello, tomó fuerza la compra-venta de prendas usadas y TianGucci Puebla es una alternativa.
Se trata de un tianguis de ropa usada, pero en buenas condiciones, que se instala una vez al mes para que las personas vendan a bajo costo las prendas que ya no ocupan y los compradores no gasten mucho dinero para renovar su closet.
TianGucci es un tianguis de ropa que surgió en la Ciudad de México y cobró fuerza a raíz de la pandemia. Se nombra así a los sitios donde se venden pacas de ropa de segunda mano, importada de Estados Unidos.
En esos lugares se adquiere ropa de marca, como Gucci y otras más, pero que son de menor costo por ser usadas y en buenas condiciones para darle un segundo uso, así como zapatos, bolsos y accesorios como sombreros, cinturones y gafas.
En Puebla este bazar o tianguis se localiza en la calle 4 Oriente número 210, en el Centro Histórico.
Se instala una vez al mes y, de acuerdo con sus redes sociales, la próxima apertura será el 28 de octubre, de 12:00 a 19:00 horas.
En el tianguis se colocan cerca de 80 expositores que ofrecen prendas como blusas, vestidos, pantalones para dama y caballero, camisas, suéteres, chamarras, abrigos, algunos zapatos y pocos juguetes.
La ropa y accesorios los hay a precios de 10, 30 y 50 pesos, puede haber de 100 pesos como máximo, pero el objetivo es poner prendas accesibles para todas las personas, al mismo tiempo que los vendedores se hacen de un ingreso por limpiar su closet.
Es también una alternativa para quienes tienen ropa de algún familiar o de uno mismo y en lugar de tirarla como desecho, puede recibir un ingreso por intercambiarla.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en su artículo “El costo ambiental de estar a la moda”, la industria de la moda es la segunda más contaminante del planeta.
Señala que demasiadas prendas no deseadas, viejas o de la industria de la moda rápida terminan en los depósitos de basura de todos los países, por lo que es prioritario buscar alternativas para no contribuir más a los niveles de contaminación ya existentes.
Como datos relevantes sobre el pacto ambiental de la industria de la moda revelan que se requieren de 7 mil 500 litros de agua para producir unos pantalones de mezclilla, la industria de la moda es responsable del 20 por ciento del desperdicio total de agua a nivel global.
La producción de ropa y calzado produce el 8 por ciento de los gases de efecto invernadero, también produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y envíos marítimos internacionales juntos y cada segundo se entierra o quema una cantidad de textiles equivalente a un camión de basura.
Las prendas se producen a partir de materias primas como el poliéster, el algodón, la seda o la lana. Algunas de ellas se derivan de recursos no renovables, como el petróleo, para producir fibras sintéticas, mientras que otras se derivan de materiales vegetales o animales y, por tanto, requieren mucha agua y productos químicos.
Los trabajadores en fábricas de ropa tienen contacto con tóxicos que se emplean para el tinte de las prendas, por lo que también ponen en riesgo su salud y lo mismo ocurre para los consumidores y el ecosistema acuático, entre otras afectaciones.