Es importante que la mayoría de los trabajadores del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Industria Automotriz Volkswagen (SITIAVW) acudan a votar mañana 31 de agosto, cuando vence el emplazamiento a huelga con la empresa armadora, dijo el doctor Felipe Miguel Carrasco Fernández, profesor de la Facultad de Derecho en la UPAEP.

El también investigador en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) dijo que el sindicalismo extremo ya quedó en el pasado y como ejemplo citó la industria textil en Puebla, donde varias empresas cerraron ante las exigencias de los trabajadores.

Durante la conferencia “Impacto del conflicto laboral de Volkswagen para Puebla”, recordó que con la reforma laboral, ahora la representación sindical no puede aceptar sólo las propuestas que haga la representación de la empresa, sino que debe tomar en cuenta lo que decida la mayoría de los agremiados al sindicato.

Hasta el momento, la empresa armadora de autos ofrece un aumento de 9 por ciento directo al salarial y 2 por ciento en prestaciones, propuesta que ha sido rechazada por los sindicalizados, tras argumentar que debe ser mayor al considerar que la inflación ha llegado al 8 por ciento.

“A ninguna de las dos partes, empresa y sindicato, les conviene un estallamiento de huelga. Lo mejor es siempre un arreglo, pero si no se logra un acuerdo, se debe buscar que se difiera un poco otro nuevo emplazamiento para que sean más los trabajadores que acudan a votar y expresen si aceptan o no aceptan la propuesta de la empresa”, dijo.

Felipe Miguel Carrasco también señaló que a nivel nacional hay ejemplos de empresas de varios sectores industriales que han instalado su segunda o tercera planta en otras entidades o en otro país, ante las intransigencias que se presentan.

“Hay que hacer un ejercicio de conciencia de qué se puede y qué no se puede hoy en día, lo principal es conservar el empleo y que persista la fuente de empleo y el trabajador tenga el empleo”, dijo.

Por su parte, el doctor Juan Almazán Corona, profesor investigador de la Facultad de Derecho de la UPAEP, refirió que un estallamiento a huelga generaría una afectación no solo para la empresa y sus trabajadores, sino para toda la economía del estado.

“Mañana se tiene que resolver y si no se resuelve, lo que queda es la huelga, no hay más. Ya después vendrán las pláticas conciliatorias o cuestiones legales que la empresa podría ejercitar. Mañana se define si los trabajadores, ese 50 por ciento más 1 no aceptan la propuesta, lo que sigue es la huelga”, precisó.

En su intervención, dijo que tampoco se puede perder de vista la posibilidad que existe de que la empresa pueda declarar inexistente la huelga. Entonces el Tribunal Federal Laboral debe analizar esa circunstancia y si llega a proceder, como ocurrió en 1990 con la empresa Ford, en menos de 24 horas los trabajadores deben regresar a laborar.

“Pero si los trabajadores no regresan a trabajar, hay que dejar muy claro, que la empresa tiene la opción de poder empezar a prescindir de los servicios de los trabajadores. Eso es algo que deben de tener muy claro con esta reforma laboral”, explicó.

En ese sentido, dijo que le gustaría ver más la participación del Centro de Conciliación Laboral, que es parte de las nuevas figuras de la reforma laboral, apoyando e informando a los trabajadores a fin de llegar a un arreglo que favorezca a ambas partes.

Ambos especialistas subrayaron que toda empresa, nacional o extranjera, busca estabilidad en su inversión a largo plazo.

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