Los ciudadanos de México no han sido la excepción a las dificultades. Pero como muchos, se permiten sobre la base del esfuerzo y el sacrificio, soñar con un posible próspero futuro. Donde no sólo sea posible cubrir los gastos básicos mensuales, sino que además se piense en poder invertir.
Como dijimos, la situación es cuesta arriba para muchos y hoy, según estimaciones, más del %60 de los ciudadanos mexicanos tiene grandes dificultades para lograr cumplir con su único salario todas las obligaciones, ya sean los servicios o la renta misma y hasta se vieron en la necesidad de solicitar préstamos personales para cubrir sus gastos.
El Instituto Mexicano del Seguro Social, en sus siglas IMSS, nos indica que aún los puestos de trabajo siguen en caída. Y no han logrado recuperarse en niveles anteriores a la pandemia. Esto no es un dato novedoso, cualquier ciudadano de a pie puede percibir lo dificultoso que es el día a día, no sólo en el país; sino en Latinoamérica en general. Incluso a nivel mundial, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que los puestos de trabajo han sido afectados en más de 200 países del globo.
El trabajo dignifica, el trabajo es salud. Pedir trabajo honra. Muchas frases que todos conocemos rondan en la memoria colectiva. Y es claro que necesitamos trabajar para prosperar. Para imaginar nuestro desarrollo como personas y económicamente. En este sentido, los planes de ayuda para la generación de trabajo que los gobiernos impulsan son fundamentales. Pero no sólo este punto es importante. Cualquier ciudadano puede, y debe, soñar con el desarrollo. Pero además del trabajo debemos contar con herramientas que nos concedan la posibilidad de poseer los elementos necesarios que permitan tomar decisiones correctas. Las mismas podrán ser muchas veces erradas, pero con educación seguramente en su mayoría serán acertadas. Y esto nos permitirá prosperar y traerá desarrollo.
¿Pero cómo lo asociamos a las finanzas domésticas? Hay muchas razones, pero una muy simple está relacionada a la educación financiera que podemos recibir. Este punto será clave para poder manejar cada vez mejor nuestra economía personal. Y pensar no sólo en cubrir nuestros gastos mensuales, sino tal vez en poder invertir algo de nuestro dinero proyectando en el futuro.
Hoy, la transformación digital nos sirve como escuela. Los ciudadanos, pueden acceder a más información. A una velocidad asombrosa la digitalización atraviesa cada vez más niveles de la sociedad. Esto brinda una oportunidad muy grande de conocimiento. Cualquier persona con acceso a internet hoy puede buscar, bucear, indagar y elegir la opción que más se ajuste a sus necesidades. Desde la lectura simple hasta digitalizar sus propios trámites diarios. Tiempo, información, accesos. Posibilidades infinitas. Las empresas cada vez más aceleran sus procesos para adaptarse a esta nueva era digital que la pandemia impulsó casi como una consecuencia lógica. Los usuarios con el tiempo van perdiendo su timidez, o tal vez cierta desconfianza a este nuevo mundo digital.
Hoy muchos mexicanos buscan de alguna manera mejorar sus finanzas. La necesidad de cubrir los gastos mensuales ha empujado a muchos a la creatividad. Emprender, comenzar con sus propias iniciativas y así lograr aumentar los ingresos. Desde alimentos caseros a servicios. La imaginación no tiene límites. El nuevo mundo cada vez más digital, puede potenciar el empuje de aquellos que desean subsistir. Un emprendimiento pequeño, hoy, puede no sólo transformarse en la actividad principal, sino crecer en escala.
Claramente las alternativas están a la vista. El poder utilizarlas sin dejar de analizar, observar diferentes opciones y avanzar en la medida que nos brinden seguridad y tranquilidad; permitirá pensar en nuevas fronteras para cada hogar. Hoy, con la preocupación a cuestas de llegar cumplir con las obligaciones mensuales podemos a la vez, imaginar que invertir no está tan lejos.