Para la próxima temporada de Día de Muertos o para fiestas de Halloween, uno de los establecimientos más visitados por los poblanos es la tienda de disfraces La Oveja Negra, que se encuentra en el Centro Histórico de Puebla.
Esta enorme tienda tiene años atendiendo a sus clientes, pero pocos saben quién es el dueño de este comercio que, temporada tras temporada, se espera que ofrezca los atuendos más terroríficos, no solo a los clientes de Puebla, sino también de otras entidades.
La Oveja Negra abrió sus puertas en 1986 en la calle 9 Norte número 205, a unas cuadras del Zócalo de Puebla, no fue la primera tienda de disfraces en la Angelópolis, pero sí la única que tenía un amplio surtido en máscaras y atuendos de diversos personajes.
Durante 31 años estuvo operando de esa manera, hasta que en la madrugada del 17 de enero de 2017 se registró un incendio en el interior del inmueble, que abarcaba cuatro locales. Esto ocasionó el colapso del techo y severos daños materiales, pero no hubo lesionados ni pérdidas de vida de alguna persona.
Por este incidente, del cual nunca se supo qué fue lo que lo causó, ya que se manejaron varias teorías, desde la versión de que fue provocado por una amenaza de extorsión que recibieron hasta que se presentaban hechos paranormales, la tienda tuvo que cambiarse de domicilio.
¿Quién es el dueño de la tienda de disfraces de La Oveja Negra en Puebla?
Poco se sabe de los dueños de este comercio, pero es una mujer la que tuvo la idea de crear este tipo de negocio, respondiendo a una necesidad en el mercado.
Se trata de la señora Magdalena Flores, quien decidió seguir su intuición y emprender desde muy joven, algo no bien visto por sus padres y hermanos, porque ellos estaban dedicados a profesiones, carreras universitarias y otros giros.
Por esa decisión la llamaron en su casa “la oveja negra de la familia”, de ahí que decidió ponerle así a la tienda donde ahora trabajan sus hijos, nietos y bisnietos.
Magdalena Flores ahora tiene la tienda de disfraces en la calle 9 Norte número 3, en el centro de Puebla, a unos pasos de su tienda original, inmueble fácil de distinguir por la fachada colorida y adornada con maniquíes que lucen los distintos disfraces y máscaras que ahí se pueden conseguir.
En La Oveja Negra se pueden encontrar cualquier cantidad de personajes diferentes, protagonistas de películas de terror, suspenso y más, pues tan solo de la colección de Halloween hay cerca de 6 mil personajes diferentes, tanto los que están de moda como los infalibles.
La familia Flores se dedica a comprar la tela, diseñarla, cortarla, confeccionarla y darle forma a los hábitos, capas, trajes, pantalones, chalecos, túnicas y demás ropas que requieren figuras de un Drácula, un monje, La Llorona, Chucky, un guasón, demonios, piratas y brujas, entre otros personajes.
También realizan las máscaras que ahí exhiben y otras que realizan sobre pedido, pues si bien la temporada más fuerte para el negocio es Día de Muertos, están abiertos todo el año con disfraces de superhéroes, princesas de Disney, para los festivales de primavera con abejitas, leones y flores, así como para personajes de Navidad y Año Nuevo, hasta para fiestas de cumpleaños de niños y adultos.
En La Oveja Negra hay variedad en disfraces y precios, pues también puedes adquirir solo los accesorios, una máscara hasta el disfraz completo de tu personaje favorito, así como artículos para ambientar escenarios.
¿Por qué se les dice que son la oveja negra de la familia?
Decía el teólogo y espiritualista alemán Bert Hellinger, que la oveja negra de la familia son aquellas personas que de manera nata buscan los caminos de liberación para el árbol genealógico.
Son aquellos que desde pequeños buscaban constantemente revolucionar las creencias, saliéndose de los caminos marcados por las tradiciones familiares, aquellos criticados, juzgados e incluso rechazados, esos, por lo general son los llamados a liberar el árbol de historias repetitivas que frustran a generaciones enteras.
Tal vez por eso es que Magdalena Flores, dueña de La Oveja Negra no comparte en sus redes sociales imágenes de ella ni de su familia, única y exclusivamente de las máscaras y disfraces de su tienda.