Jarritos, el refresco mexicano que se ha ganado un lugar en los corazones de los consumidores, compite directamente con gigantes internacionales como Coca-Cola. Pero, ¿quién es el dueño de esta marca?
Los refrescos Jarritos tienen una larga historia que se remonta a 1950, cuando, según el portal especializado en negocios, CEO.com, Francisco "El Güero" Hill Ávalos fundó la marca en México.
En sus primeros días, Jarritos se destacó por ofrecer una variedad de sabores naturales y refrescantes, como tamarindo, piña o naranja, los cuales se diferenciaban de otros refrescos disponibles en el mercado. Este enfoque en sabores tradicionales mexicanos ayudó a la marca a posicionarse rápidamente en el mercado local.
Hoy en día, los refrescos Jarritos son un símbolo de la cultura mexicana, reconocidos no solo en México, sino también en Estados Unidos y otros países donde la marca ha ganado popularidad.
La compañía que produce los refrescos Jarritos es Embotelladora Mexicana, S.A. de C.V., que forma parte de Consorcio AGA, con sede en Guadalajara, Jalisco. El capital accionario es 100 por ciento nacional y está dirigido por empresarios mexicanos, lo que la ha convertido en la primera empresa en el país con un verdadero espíritu nacional.
La clave de su éxito radica en su enfoque en la calidad, el uso de ingredientes naturales y la creación de una identidad mexicana. A lo largo de los años, Jarritos ha logrado mantener la preferencia de los consumidores frente a gigantes internacionales como Coca-Cola.
A pesar de la presencia dominante de Coca-Cola y PepsiCo en el mercado, los refrescos Jarritos han logrado mantenerse competitivos gracias a su sabor único y su profundo vínculo con la cultura mexicana.
De hecho, la marca ha sabido expandir su presencia en mercados internacionales, especialmente en los Estados Unidos, donde la comunidad latina ha impulsado el consumo de estos refrescos como una opción preferida por su sabor auténtico y su conexión con las tradiciones mexicanas.
Según fuentes de la compañía, Jarritos sigue innovando con nuevos sabores y formatos, buscando siempre adaptarse a las preferencias del consumidor sin perder su esencia. Si bien la marca sigue siendo independiente de grandes corporaciones como Coca-Cola, su éxito demuestra el poder de las marcas locales en un mercado cada vez más globalizado.