Los números del Banco de México evidencian un aumento en el envío de remesas que llegaron a las ciudades mexicanas por parte de los connacionales en Estados Unidos.

El estado de Puebla no se quedó atrás, pues cada trimestre del 2022 tuvo un incremento constante que superó lo registrado en el mismo periodo del 2021.

Tan solo de abril a junio de 2022 ingresaron a Puebla 697.36 millones de dólares, de julio a septiembre 730.51 millones de dólares y de octubre a diciembre 742.07 de dólares.

De esta manera, la entidad cerró el 2022 con una captación total de 2 mil 746.4 millones de dólares, es decir, 608.3 millones de dólares más que en el 2021, el cual cerró con 2 mil 138.1 millones de dólares.

Los poblanos enviaron los billetes verdes desde Nueva York, Los Ángeles, Chicago, Illinois, Pensilvania y Denver, entre otras ciudades de Estados Unidos hacia sus comunidades de origen.

Se estima que en promedio cada poblano envía entre 5 mil 500 a 7 mil pesos mensuales y que son más los hombres, en comparación con las mujeres, quienes mandan las remesas a sus familiares.

El municipio con mayor captación de remesas es la ciudad de Puebla, seguido de Tehuacán, Atlixco, Izúcar de Matamoros, así como San Martín Texmelucan y otras localidades de la Sierra Norte.

También se beneficia a familias de Tecamachalco, Tulcingo, Teziutlán, Tlacotepec, Tepeaca, San Pedro Cholula y Tepexi de Rodríguez.

Un estudio sobre el uso que las familias en Puebla hacen de las remesas, hecho por la Universidad Iberoamericana, menciona que este dinero lo destinan en primer lugar para la educación de los hijos -con cerca del 50 por ciento- y el restante, para trabajar el campo, así como para la alimentación y la compra de ropa.

En el menor de los casos, destinan 50 por ciento para la construcción o el mejoramiento de sus viviendas. Después de cubrir esas necesidades, los envíos también los emplean para la compra de aparatos electrónicos como pantallas y teléfonos celulares.

En comunidades fuera de la capital de Puebla también los dólares se ocupan para la construcción de templos religiosos o el mejoramiento de sus parroquias, para el desarrollo de sus fiestas patronales o festejos tradicionales como ferias y festivales.

Cabe destacar, que según el estudio, no hay remesas que se destinen al ahorro o para una reserva que les permita atender gastos imprevistos.

En ese sentido, Anselmo Salvador Chávez Capó, profesor de la Licenciatura en Administración Financiera y Bursátil de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), comentó que a pesar de que las perspectivas a nivel mundial no son favorables, la economía mexicana se ha comportado mejor de lo que se esperaba después de la pandemia.

De manera que se prevé que esa tendencia siga en el 2023 y que las remesas crezcan 11 por ciento durante el primer trimestre, al estimar que se reciban en Puebla 413 millones de dólares.

Consideró que esos recursos pueden ser destinados para la creación de comercios locales en sus comunidades origen a fin de que las familias tengan otra fuente de ingreso y no solo dependan de los envíos, además de destinar un porcentaje a la inversión e iniciarse en el hábito del ahorro.

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