La gran mayoría de Pueblos Mágicos se encuentran olvidados por los turistas a dos años y medio de la pandemia de Covid-19, a pesar de ser reconocidos por ser símbolos de identidad nacional.

Tlatlauquitepec y Huachinango son los dos Pueblos Mágicos de Puebla que se ubican entre los de menor actividad turística.

Con 8.5 millones de habitantes y 13 por ciento de la oferta hotelera del país, las 132 localidades que llevan la marca dejaron de recibir recursos federales para su estructura y promoción desde que inició el gobierno actual.

Varias de estas localidades son visitadas por turistas que prefieren no hospedarse ahí, explicó Humberto Molina, especialista en economía turística del Grupo Empresarial Estrategia (Gemes).

“Algunas veces están tan cerca que es posible ir y regresar el mismo día, o cuando mucho pasar una noche. Son destinos de fin de semana, en muchos casos”, comentó.

Desde su punto de vista, también puede ser que carezcan de atractivos suficientes para que sea necesaria una estancia de varios días, o que la disponibilidad y calidad del alojamiento no sea acorde a los gustos del turista para pernoctar en el lugar.

Esto explica, en parte, por qué los Pueblos Mágicos encabezan la lista de los lugares con menor ocupación en la actualidad.

De los más de 100 destinos que contempla el sistema de monitoreo hotelero DataTur, los 12 que están hasta el fondo de la lista son Pueblos Mágicos.

A 50 minutos de Córdoba, Veracruz, y con vista al Pico de Orizaba, Coscomatepec lleva el nombramiento desde hace siete años, pero sus hoteles reportaron la menor ocupación del país, cuya tasa fue de sólo 2.3% entre enero y julio de este año.

En segundo lugar se encuentra El Oro, a un par de horas de la Ciudad de México y reconocido como Pueblo Mágico en 2011, debido a que es una de las antiguas glorias mineras del Estado de México, aunque sus hoteles vendieron apenas 6.6% de sus habitaciones en los primeros siete meses del año, la mitad que en 2019, antes de la pandemia.

Conocido como El jardín de Nuevo León, Bustamante se incorporó al programa en 2018 y es la tercera localidad del estado con la marca. A hora y media de Monterrey, los hoteles en este destino reportaron una ocupación de 12.2%, siendo el tercer peor resultado del país.

En la cuarta posición se encuentra el Pueblo Mágico de Villa del Carbón, famoso por sus dos presas y sus talleres de piel y ubicado a 48 kilómetros de la Ciudad de México, cuya ocupación hotelera llegó a 18.1%.

Sinónimo de descanso y salud, Ixtapan de la Sal se sitúa a dos horas de la capital y destaca por sus baños de tinas romanas con aguas termales y sus servicios de masajes y fisioterapia. No obstante, este Pueblo Mágico tuvo una ocupación de 19.3%.

En contraste con la actividad en los Pueblos Mágicos, los centros de playa se encuentran rebosantes de turismo y la mayoría de estos destinos ya se recuperaron de la pandemia.

Envuelto de hoteles todo incluido en el Caribe mexicano, Playacar es el destino con la mayor actividad del país, cuya ocupación fue de 80.1% de enero a julio pasado, superior al promedio nacional que se ubicó en 55.5%.

Localizado en el extremo sur de la península bajacaliforniana, Cabo San Lucas es el segundo sitio con más habitaciones vendidas, cuya tasa fue de 79.4%.

En tercer lugar se encuentra Akumal; en cuarto, Cancún, y en quinto, Puerto Vallarta.

El secretario Miguel Torruco reconoció que uno de los principales desafíos pendientes en la llamada industria sin chimeneas para el desarrollo del país es la concentración del turismo en destinos como Cancún, Los Cabos y Puerto Vallarta.

En contraste con la baja ocupación en la mayoría de Pueblos Mágicos, también hay algunos que están reactivando su turismo tras la crisis sanitaria.

Destaca el caso de Sombrerete, localizado a dos horas de la capital de Zacatecas. Con una comunidad devota de la Virgen de la Candelaria e iglesias por todas partes, la ocupación hotelera en este rincón zacatecano llegó a 67.4%, siendo el Pueblo Mágico con las mayores habitaciones vendidas este año.

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