Es una tradición regalar rosas en el Día de San Valentín como un gesto de amor y afecto hacia una persona querida; en México, la producción de rosas es una industria importante que genera ingresos y empleo en el país.
La tradición de regalar rosas el 14 de febrero proviene de la antigua Roma, donde se celebraba un festival llamado Lupercalia en honor al dios de la fertilidad, Lupercus.
Durante este festival, los jóvenes solteros sorteaban nombres de mujeres para ser sus parejas durante un año.
Con el tiempo, la iglesia católica adoptó esta fecha para honrar al mártir San Valentín, quien era conocido como el protector de las bodas y el amor romántico.
Desde entonces, el Día de San Valentín se ha convertido en una oportunidad para demostrar amor y afecto hacia aquellos que se quieren y regalar rosas se ha convertido en una tradición común en muchos países.
México es uno de los principales productores y exportadores de rosas en el mundo y la producción de esta flor se concentra en varios estados del país como Estado de México, Puebla y Querétaro.
La exportación de rosas mexicanas a destinos como Estados Unidos, Canadá y Europa contribuye significativamente a la economía nacional.
Además, la producción de rosas también provee insumos a la industria de ramos de flores y producción de jardinería.
Existen algunas variedades que no son tan conocidas pero aun así llevan consigo grandes significados para la cultura mexicana.
Un ejemplo claro de esto es la rosa de castilla, que se encuentra asociada generalmente al pensamiento católico, pues esta flor es parte esencial de una de las narraciones evangelizadoras más populares, que se utilizaron para enseñar la fe católica a los indígenas en los tiempos de la conquista.
El relato cuenta, groso modo, como a través de las rosas llevadas por Juan Diego al obispo Zumárraga de la orden de los franciscanos, se pudo hacer cumplir la voluntad de la Virgen de Guadalupe para construir en el cerro del Tepeyac la iglesia en la cual se le rinde adoración.
Esta historia permite la asociación directa de las rosas, especialmente las de Castilla, con la figura de la virgen de Guadalupe, la que es un elemento de gran representatividad de la cultura mexicana.
El Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), indica que México es un importante productor de rosas.
En 2020 se cortaron cerca de 9 millones de gruesas –una gruesa comprende doce docenas de rosas- cifra que fue 1.4 por ciento mayor a lo registrado en 2019.
Su importancia es tal, que se estima que participa con 25 por ciento de la producción nacional de ornamentos.
De acuerdo con el Panorama agroalimentario 2021, del SIAP, la rosa tiene una demanda creciente en el mercado interno y externo del estado de Puebla.
En los últimos 10 años esta flor ha tenido una tasa media anual de 3.8 por ciento.
La misma publicación señala que durante el 2020, se cortaron 9 millones 83 mil gruesas, cifra 1.4 por ciento superior al 2019.
De este total de flores cortadas, Puebla se coloca como el segundo mayor productor a nivel nacional, contribuyendo con 655 mil 906 gruesas del total nacional, sólo detrás del Estado de México, que corta 7 millones 88 mil 578.
Febrero, mayo y diciembre, son los meses de alta demanda de esta flor, aunque todo el año se está cosechando. Sin embargo en los meses mencionados, se ofrece alrededor de la mitad de la producción de rosas en el país.
Datos del mismo SIAP señalan que en Puebla, los principales municipios productores de rosas, son:
Del total de la cosecha de rosas en Puebla, aproximadamente el 77 por ciento se hace en invernaderos y el 23 por ciento restante en campo abierto, según datos de SIAP.