El buró de crédito no es pernicioso, ni debe ser visto como un elemento punitivo. Se trata de una instancia que sirve como un referente del comportamiento financiero de todas las personas que, en algún momento, tienen alguna relación económica y cumplen o no de manera adecuada con sus obligaciones.
Desde que se inicia el historial crediticio de una persona, toda su actividad se registra en el buró de crédito de manera natural. Este registro incluye actividades como pagos a tarjetas de crédito, hipotecas, autofinanciamientos, servicios de telefonía y televisión de paga, ya sea que se paguen o no en tiempo y forma. Esto puede representar la diferencia entre recibir un crédito o no en el futuro.
En consecuencia, el buró de crédito proporciona referencias basadas en hechos comprobados y registrados. Quienes cumplen adecuadamente con sus compromisos financieros tienen una calificación positiva, mientras que los morosos e incumplidos no cuentan con referencias satisfactorias.
De ahí que quienes solicitan un crédito y cuentan con un buen historial pueden obtener beneficios al acudir a entidades bancarias o de crédito. La existencia del buró de crédito representa una suerte de aval imparcial basado en el cumplimiento de las obligaciones económicas.
Algunos de los beneficios de tener un buen historial crediticio son: