Con el argumento de que el mercado mexicano no ha reaccionado al nivel de crecimiento y rentabilidad esperados, Cabify informó que, a partir del 11 de octubre, dejaba de operar en México. “Tras analizar en profundidad las opciones y la viabilidad de la operación, se ha decidido poner fin a nuestra actividad en el país”, informó.
Agregó que: “durante más de una década, hemos prestado servicio en varias ciudades y hemos buscado seguir creciendo, generando ganancias para nuestros socios conductores y taxistas, y ofreciendo la mejor experiencia para pasajeros y clientes corporativos”.
La aplicación española de transporte de pasajeros apuntó que su modelo de negocio, que “busca crear una nueva movilidad iberoamericana”, no ha funcionado como se esperaba en el mercado mexicano y tampoco se identifican oportunidades a futuro.
Precisó que el cese de actividades en el país solo afectará a cinco empleados en total.
Asimismo, subrayó que “todos los socios conductores, pasajeros y empresas que utilizan los servicios de Cabify México han sido debidamente informados, y se les ha trasladado su agradecimiento por la confianza depositada”.
Recordó que, en México, creó su sociedad local hace 12 años, por lo que fue una de las primeras operaciones que se iniciaron en América Latina.
“Desde sus inicios, estuvo constituida formalmente bajo las leyes mexicanas”, resaltó.
La salida de este sector del mercado del transporte deja vía libre para que Uber y Didi incrementen sus operaciones.
Cabify inició operaciones en México hace 12 años; en los hechos, mantendrá operaciones en otros países de la región, concretamente en Chile, Colombia, Perú, Argentina y Uruguay.
Durante su operación en México, Cabify enfrentó una serie de controversias, primordialmente con el gremio de los taxistas.
Por otra parte, derivado de casos relacionados con la seguridad, dejó de operar en algunos estados del país, como Puebla, desde septiembre de 2017.