La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ajustó al alza sus previsiones de crecimiento para México, de 4.5% a 5% para 2021, y de 3% a 3.2% el año siguiente, indica el Economic Outlook.
Si bien crece el país, “queda pendiente la recuperación de gran parte del sector servicios, avanzar en la vacunación, la mejora paulatina del mercado laboral” y, el gran reto será, “arrancar el motor de la inversión” para fortalecer el crecimiento de corto y mediano plazos, expuso el economista para México de la OCDE, Alberto González Pandiella.
Si bien la parte externa se espera que las exportaciones a Estados Unidos impulsen la economía, un riesgo que puede afectar la dinámica desde afuera es el repunte de la inflación, sobre todo si es más rápido y vigoroso de lo esperado en el país vecino.
González Pandiella expuso que si sucede implicará una retirada del apoyo monetario en la economía estadounidense antes de lo anticipado, “lo que puede ocasionar volatilidad financiera”, que a su vez afectará a México.
En ningún momento debe olvidarse que el principal riesgo de México es la situación sanitaria, que pueda llevar a un repunte de contagios del Covid-19 y a un nuevo confinamiento que retrase la apertura de la economía y la recuperación del consumo, por eso es crucial “acelerar en todo lo posible el proceso de vacunación para mitigar este riesgo”.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el representante del organismo dijo que “en términos de PIB, los niveles prepandemia se podrían recuperar en la parte final de 2022. Avanzar en el proceso de vacunación es clave para ello, ya que permitirá la recuperación plena de la demanda doméstica y del sector servicios. Si la inversión arrancara se podría incluso acelerar este proceso”.
De las afectaciones a la economía mexicana los cambios a las regulaciones y conflictos legales en sectores clave como el energético, afirmó: “Reducir la incertidumbre sería un gran paso para arrancar de nuevo el motor de la inversión”.
Más pobreza, nueva evaluación
González Pandiella reconoció que con la pandemia del Covid-19 la pobreza y la desigualdad aumentaron, por lo que es “un buen momento para hacer evaluaciones de los nuevos programas, ver cómo funcionan y qué ajustes se podrían hacer para mejorarlos”, como es el caso de Jóvenes Construyendo el Futuro.
Además, admitió que es necesario “evaluar la calidad educativa, porque adquiere aún más relevancia tras la pandemia… es fundamental para focalizar más recursos hacía áreas con necesidad de mejora. El año de pandemia sin educación presencial puede elevar el abandono escolar”.
Por eso, explicó que México debe establecer programas para reducir las brechas de género en primer lugar, y “continuar los esfuerzos para recaudar más y ganar espacio fiscal que permitan recuperar la inversión pública y fortalecer los programas sociales”, en segundo lugar.
“México ha hecho progresos notables en la lucha contra la evasión fiscal que se pueden complementar con la eliminación de exenciones fiscales”, sin aumentar los impositivos.
