La plata es el activo con el precio más accesible entre los metales preciosos, que continúan al alza a medida que los inversores asimilan el crecimiento de la inflación, la cual durante 2021 ascendió en México a 7.36 por ciento de acuerdo con cifras oficiales.
En 20 años, el precio de la plata ha tenido un aumento de 675 por ciento, mientras que la inflación fue de 216 por ciento en el mismo periodo.
Mientras que el oro es otro metal precioso considerado refugio seguro ante la inflación, su precio es de 37,397 pesos, mientras que la onza de plata se cotiza en alrededor de 467 pesos.
Los precios de los metales preciosos continúan subiendo bruscamente a medida que los inversionistas se apresuran a buscar activos de refugio seguro en medio de una creciente preocupación por el aumento de la inflación y la crisis mundial.
Los últimos informes del IPC en México muestran que la inflación permanece elevada y ha generado que el Banco de México elevara sus tasas de interés.
Algunos economistas creen que tal decisión del banco central, combinada con la persistente crisis que afecta negativamente la producción de muchos bienes, podría conducir a la estanflación.
En dicho escenario de estancamiento con inflación, la plata y otros metales preciosos tienden a funcionar bien como reserva de valor.
La elevada inflación de 7.36% con la que cerró México en 2021 tuvo un impacto directo sobre el dinero que los clientes ahorraron en los bancos.
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), la captación bancaria, donde se registra gran parte de los recursos que se depositan en los bancos, registró una caída de 2.8%, ubicándose en 6 billones 962 mil millones de pesos.
Ante productos de ahorro en bancos con bajos o nulos rendimientos, las familias que mantuvieron sus recursos en cuentas vieron perder el valor de su dinero, contrario a aquellas que tienen estrategias de inversión.
“En 2021 la inflación fue de 7.36%. Esto quiere decir que, si mantuviste tu dinero en tu chequera, que te paga 0%, perdiste poder adquisitivo. Los 100 pesos de hace un año hoy valen 93 pesos”, explicó el director general de Grupo Bursátil Mexicano Plus (GBM+), Javier de la Madrid.
La caída en captación bancaria de 2.8% en 2021 es la primera disminución desde 2009 y la más pronunciada desde 2002, cuando se redujo 3.7%.
El aumento de precios ha absorbido los rendimientos de los productos tradicionales de ahorro en bancos, como los pagarés y depósitos.
Cifras del Banco de México arrojan que, por ejemplo, el pagaré a 182 días ofreció un rendimiento después de impuestos de 1.83% anual en diciembre pasado, pero al restar la inflación reportó una tasa negativa de 5.53%.
Un año atrás, el mismo instrumento dio un beneficio de 1.66% y una pérdida real de 1.49%.
En el caso de los depósitos a seis meses se observó algo similar, puesto que su tasa nominal neta fue de 2.19% en diciembre, pero al descontar la inflación se quedó con un rendimiento negativo de 5.17%.
En el mismo mes de 2020 el producto ofreció un tipo de interés nominal de 1.81% y una tasa real negativa de 1.34%.
El impacto inflacionario sigue minando el poder adquisitivo de la población, el cual se espera regrese a rangos de 4% hasta finales de 2022.
“Es un nivel muy elevado [de inflación], que ha limitado la recuperación de los salarios, y esto reduce la capacidad de compra de los consumidores. Es uno de los factores que ha provocado la desaceleración en la recuperación que vimos en la segunda mitad del año”, dijo el director de Estudios Económicos de CitiBanamex, Iván Arias.
De acuerdo con la Asociación de Bancos de México (ABM), durante la pandemia los mexicanos incrementaron su ahorro en las instituciones; no obstante, al cierre de 2021 se observaron retiros para subir su consumo.
“Hemos visto disminuciones marginales porque ya empezamos a ver que la gente empieza a demandar y a consumir los ahorros que hicieron durante la pandemia. Vemos con muy buen ánimo que los mexicanos en este proceso tuvieron la disciplina de ahorrar. Eso ha generado una alta liquidez a la banca”, dijo el presidente de la ABM, Daniel Becker.
En ese sentido, el director general de BBVA México, Eduardo Osuna, explicó que la gente retomó parte de sus niveles de consumo después de acumular recursos, hecho que incentivó la reactivación económica.
“En 2020 hubo una acumulación de liquidez tanto de personas físicas como morales. El confinamiento hizo que la gente no gastara. Paulatinamente empezamos a gastar, empezó a incrementarse la confianza y a haber más inversión y a reactivarse la economía”, añadió.
Con información de EL UNIVERSAL