El fabricante austriaco KTM presentó su modelo KTM X-Bow GT-XR, un auto deportivo que cuenta con características muy especiales que le brindan al conductor auténticas sensaciones deportivas de un auto de carreras.
A pesar de ser prácticamente un auto hecho para los circuitos de carreras, es un auto pensado para las calles y que se pondrá a la venta en 2023.
Este modelo retoma parte de la arquitectura de su antecesor, el X-Bow GTX, sin embargo, su diseño ya es más agresivo y con una gran aerodinámica.
Para el KTM X-Bow GT-XR, la marca austriaca carenó los bajos de la carrocería para aumentar el efecto suelo, gracias también a la gran toma de aire que ocupa la parte frontal. A lo anterior, se le suma un nuevo spoiler de grandes dimensiones en la parte posterior, junto a un enorme difusor.
En el frente lleva faros de LED que se colocaron estratégicamente en el frente, para no sumar más resistencia al aire.
Y buscando de la misma manera restarle peso y resistencia, los espejos retrovisores convencionales se eliminaron y colocaron en su lugar cámaras.
En la presentación de este bólido, Hubert Trunkenpolz, miembro de la Junta Ejecutiva de KTM, señaló: “Este es un momento especial para nuestra empresa y, sobre todo, para todo el equipo que ha impulsado el desarrollo de este vehículo durante los últimos meses y años”.
Y agregó: Hemos puesto nuestro corazón y alma en este proyecto. A través de KTM X-BOW GT-XR queríamos expresar los estrechos vínculos del automóvil con las carreras, que fue una de las principales prioridades durante el proceso de desarrollo”.
El X-Bow GT-XR está basado en un monocasco de carbono y pesa solamente mil 250 kilogramos.
No tiene puertas porque recurre a un concepto de cabina cerrada que permite el acceso de los ocupantes a través de un mecanismo de accionamiento eléctrico.
Mientras que su corazón es un motor 2.5 TFSI de origen Audi, un bloque turboalimentado de gasolina con cinco cilindros que alcanza 500 hp y 581 Nm de torque.
Está asociado a una transmisión automática DSG de doble embrague y siete velocidades de Volkswagen, que envía la potencia a las ruedas traseras.
De acuerdo con la marca austriaca, el auto es capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 280 km/h, así como una autonomía de hasta 1.000 kms. Esto, gracias a que trae un tanque de combustible de 96 litros.
Su suspensión usa amortiguadores Sachs de altura ajustable en ambos ejes, y ofrece un reparto de pesos 44:56.
Mientras que las llantas con las que cuenta, son OZ Racing de 19 pulgadas delante y 20 detrás, montadas en neumáticos en medidas 235/35 R19 y 295/35 R20.
La carrocería de fibra de carbono está pintada a mano y su novedosa cabina cuenta con solo dos asientos tipo baquet.
La producción de este superdeportivo, se realizará en la planta de Graz, Austria, donde también se desarrollan otras versiones del X-Bow. Su fabricación será limitada, pues se anunció que sólo se armarán 100 unidades al año.