Probablemente en el supermercado o en la tiendita de la esquina te encuentras las bolsas de fideos, coditos, moños y espaguetis, entre otros, de la marca Italpasta, pero pocos saben que esta pasta está hecha en Puebla.
Esta marca se distingue por el color azul que resalta en sus empaques, la cual inició en 1920 en una pequeña habitación de una casa ubicada en la calle 4 Poniente número 713, en el Centro Histórico de la ciudad de Puebla.
Su nombre comercial es La Italiana y tiene como eslogan “Pasión por la pasta”, que acentúan en cada comercial o campaña publicitaria.
La receta para preparar la pasta la traían de familia, pues se trataba de italianos que llegaron a México y eligieron a la ciudad de Puebla para asentarse.
El patriarca fue José M. Cernicchiaro Maimone quien vio una oportunidad de negocio, el saber preparar pasta y comenzar a comercializarla entre sus vecinos, a quienes también enseñó cómo cocinarla y degustarla.
Con el paso del tiempo, lo que era apenas un taller creció a una fábrica, por lo que fue necesario cambiar de domicilio y fue como se pasaron a la colonia Santa Anita, en la calle 28 Poniente y 13 Norte, dentro el primer cuadro de la ciudad de Puebla.
Para los vecinos era una novedad recibir el olor que se desprendía el aroma de la preparación de la pasta y poco a poco también se fueron acostumbrando al ir y venir de los camiones cargados de costales de harina, los cuales eran descargados por los propios hijos del dueño.
La visión empresarial del señor Cernicchiaro lo llevó a seguir creciendo y la fábrica La Italiana se convirtió en un todo un grupo industrial que, pensando en satisfacer las necesidades y gustos de sus consumidores, creó otros productos.
Además, con el uso de tecnología de punta en los procesos industriales, con asesoría de especialistas provenientes de Italia, se dio paso a la creación de nueve plantas productivas con instalaciones en Puebla y en Irapuato, Guanajuato.
A más de 100 años de creación ya no solo preparan pasta, también formaron la galletera italiana con la marca GISA y para ello la fábrica cuenta con líneas de producción totalmente modernas que llegaron de Italia.
De la misma manera cuenta con una empresa de transporte y logística llamada Aliano, conformada con una flotilla de pipas, tractocamiones, remolques y camionetas que traen y llevan tanto los bultos de la materia prima como las cajas del producto terminado y listo para llevarlo al mercado o a los anaqueles de las tiendas de abarrotes.
Como Grupo Industrial, La Italiana también fundaron el Molino Harinero San Blas y grandes silos, que son almacenes especiales para resguardar los granos, para otra de sus marcas creadas, Italgrani, que es la empresa comercializadora de granos y ayuda al abastecimiento de trigo, arroz y maíz.
Actualmente, cuenta con una colaboración de 2 mil 500 empleados permanentes, quienes hacen posible que sus productos hechos en Puebla lleguen a lo largo y ancho del país, exportando también a mercados internacionales.
A través de sus redes sociales constantemente ofrecen vacantes de empleo para diversas áreas, siendo en su mayoría los vecinos de Santa Anita quienes se emplean en esta fábrica.
Debido a que el primer centenario de La Italiana se dio en medio de la pandemia por Covid-19, no hubo celebraciones públicas, a fin de respetar el confinamiento social.
Ahora, cada vez que degustes un espagueti a la boloñesa o una sopa de moñito, recuerda que en Puebla una familia de migrantes vio en la ciudad una tierra de oportunidades.