Tres estudiantes del bachillerato tecnológico CECyTE Plantel Cholula presentaron una cuchara comestible con base en productos naturales como propuesta para reducir la contaminación de plásticos de un solo uso, dentro del concurso Ciencia Joven 2021.
El equipo de estudiantes conformado por Yesenia Durán Sarmiento, Wendy Maldonado Franco y Diego Castillo Tenorio, está asesorado por la maestra Paulina Alejandra Albores Alfaro.
El proyecto propone una cuchara hecha de productos naturales como salvado de trigo, pepita de calabaza y gomas naturales agar-agar.
Con este producto esperan contribuir a la reducción de la contaminación que se genera con cucharas de plástico de un solo uso.
La fórmula de estas cucharas contiene semillas, cereales y gomas comestibles, y para presentar su proyecto los estudiantes realizaron pruebas con formulaciones, pruebas de control de diferentes temperaturas y texturas y pruebas de aceptación de los consumidores.
Este experimento se basó en un proyecto presentado en 2018 en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) en el que se realizaron cubiertos comestibles con base en salvado y arroz.
La innovación de este proyecto consiste en agregar goma comestible a la fórmula para aumentar la resistencia de los cubiertos.
La idea parte del hecho de que los plásticos desechables dejan contaminación y para su fabricación se necesitan toneladas de petróleo y de papel.
La goma comestible agar-agar se extrae de distintas algas que producen una gelatina vegetal, soluble en agua y otros disolventes a una temperatura de de 95 a 100 grados centígrados
También realizaron cucharas con pepita de calabaza y semilla de girasol, que son fuente de proteínas y minerales, con efectos antioxidantes.
En el proceso de producción de las cucharas comestibles utilizaron técnicas de tamizado, mezclado, amasado y horneado, y para los resultados se usó un análisis sensorial en el cual participaron 10 panelistas.
De acuerdo con los resultados, 8 de cada 10 panelistas no tuvieron ninguna molestia con el uso de las cucharas comestibles, y sólo 2 de cada 10 panelistas dijeron tener algún problema con la textura o no encontraron agradable su sabor
Para crear estas cucharas, los estudiantes molieron el salvado de trigo triturado a harina fina, e hicieron lo mismo con la pepita de calabaza; agregaron 5 gramos de agar-agar por cada 50 gramos de salvado de trigo y 2 gramos de pepita, para mezclar con agua purificada para producir una masa.
La masa aplanada a rodillo es cortada con forma de cuchara para ser horneada en una charola por arriba de los 100 grados centígrados, durante 30 minutos.
Los estudiantes comprobaron la resistencia de las cucharas sumergiéndolas en lapsos de 5, 10 y 15 minutos en agua caliente.
Los retos de los estudiantes son darle un buen aspecto al ojo humano a su producto, y su análisis de viabilidad financiera considera que pueden vender paquetes con 6 cucharas por 35 pesos.
Quedan otros pendientes como realizar análisis de contenido nutrimental para constatar que aporta nutrimentos necesarios de la dieta del ser humano.
Al ser un producto natural, al desecharlo es biodegradable y sirve como abono a las plantas, o alimento para animales o insectos.
El proyecto logró colocarse como finalista de la VIII Copa de Ciencias, Ciencia Joven México.
