El lenguaje del mexicano está lleno de refranes y frases que al paso del tiempo se han convertido en parte del dominio público, como: No soy monedita de oro, por ejemplo.
En este sentido, en el día a día ocupamos varias frases que tienen relación con el dinero o las monedas y aquí te decimos su origen:
Es común que algunas decisiones importantes o no, se las dejemos al azar y un ‘volado’ es lo más imparcial que puede existir. Y en cuanto la moneda se lanza al aire, se hace la clásica pregunta: ¿águila o sol?.
Pero cuál sol. Pues es que en el Siglo XIX, en México se elaboraron monedas de plata, las cuales llevaban, por un lado, el águila del Escudo Nacional y del otro, un gorro frigio, con resplandores solares, figura que simulaba a un sol y por eso la pregunta se refería a esos elementos que aparecían en aquellas monedas., Y aunque las monedas ya son diferentes, la costumbre hizo que al ‘echar un volado’, se deba pedir águila o sol.
Esta es otra expresión popular. “No soy monedita de oro” tiene su origen en la canción del mismo nombre que escribiera el intérprete y compositor mexicano, Cuco Sánchez.
“No soy monedita de oro, pa’ caerle bien a todos; así nací y así soy, si no me quieren, ni modo”.
Gracias a esta canción, la frase hace referencia a que ninguna persona le puede caer bien a todas, a diferencia de una moneda de oro, a la que todos quieren.
No es una frase exclusiva de México, pues también se usa en varios países de Sudamérica y comúnmente es para hacer referencia a cuando no llevas nada de dinero en el bolsillo o monedero.
La moneda de oro de Dos Pesos es conocida como quinto, llamada así porque representa una quinta parte de la moneda de 10 pesos de la serie Hidalgo, es una de las monedas de oro más accesibles para los coleccionistas numismáticos en México.
Actualmente tiene un valor de entre 67 dólares, unos 1,214 pesos, a 165 dólares, equivalentes a 2,300 pesos, de acuerdo con el catálogo numismático Coins & Prices.
Se trata de la moneda más pequeña de la familia de monedas de oro del Centenario emitidas en 1921 y cuando alguien dice que no trae ni un quinto, es porque de verdad no lleva nada de dinero.
Se cree que el origen de esta frase tiene tintes misteriosos pues se empezó a utilizar por la falsificación de las monedas.
Y es que antes las monedas no estaban hechas con los diferentes metales que se utilizan en la actualidad, eran de oro y de plata, metales considerados de mucho valor.
Los falsificadores creaban piezas finas de cobre y las cubrían con pintura dorada o plateada para que semejaran a las verdaderas.
Por lo que para evitar ser defraudados, la gente raspaba la moneda y si era falsa mostraba el cobre del que estaba hecha.
Actualmente esta expresión se aplica cuando una persona u objeto aparenta algo que no es.
¡Me cayó el veinte! es un dicho que hace referencia a las monedas de 20 centavos, acuñadas entre los años de 1943 a 1974, mismas que se utilizaban en los teléfonos públicos.
Las personas cuando realizaban una llamada debían depositar una moneda de 20 centavos para comenzar a hablar.
De ahí que al iniciar la conversación solían decir: “ya me cayó el veinte”. Cuando terminaba la llamada por falta de monedas decían: “se me acabo el veinte”.
Ambas frases se siguen utilizando, para referir que ya comprendiste algo en el caso de la primera, mientras que la segunda frase es para referir que algo ya terminó.
Las personas adultas suelen referirse a los billetes de 50 pesos como un tostón. Sin embargo, su nombre no tiene que ver exactamente con la denominación sino con la imagen que solía tener en uno de sus lados: una cabeza.
Tostón proviene del italiano testa, que significa cabeza, y testóne es la palabra que se utilizaba para referirse a una moneda que ostentaba una cabeza o busto de algún personaje.
De acuerdo con la versión española, el tostón era una moneda de medio duro o real de a cuatro, y tenía un valor de 50 centavos.
En el anverso tenía el escudo de armas de Castilla y León, con la leyenda: “Carlos y Juana, reyes de los españoles e indios”. En el reverso contaba con un grabado de las columnas de Hércules y el lema: Plus Ultra, que se traduce como “Más Allá”.
Hoy en día sigue siendo el lema de España y curiosamente de los estados de Tabasco, Coahuila y Veracruz en nuestro país.
Con el paso del tiempo, a esa moneda de medio duro se les denominó tostón, siendo utilizado como un apodo de cariño, incluso de desprecio por el bajo valor de la moneda. En la actualidad, solo se conserva el apodo de tostón a los billetes de 50 pesos, los cuales tienen una gran circulación y recientemente fueron rediseñados con la imagen de un ajolote.