Sus cortinas permanecen cerradas. Los pasillos están desolados. En sus instalaciones son evidentes los estragos ocasionados por el estado de abandono.
Esas son las condiciones generales de los baños públicos en Puebla. Llevan un año cerrados desde que inició el confinamiento ocasionado por la pandemia de Covid-19 y sus dueños han tenido que salir a las calles para exigir su reapertura, ante el riesgo de que cierren de manera definitiva por la crisis que enfrentan.
Desde que inició esta contingencia sanitaria, 40 de los 70 establecimientos de este giro comercial afiliados a la Cámara de Baños y Bañeros de Puebla están en riesgo de quiebra y cinco ya cerraron sus puertas de manera definitiva, aseguró su presidente, José Rodríguez Cortés.
Estos tradicionales espacios dejaron de recibir a sus habituales clientes que solían hacer uso del vapor, las regaderas, el sauna y los baños de distintos estilos. Se dejaron de consumir los cocteles de camarón, las “pollas” y las clásicas cervezas para después del baño.
Los dueños y empleados de estos establecimientos piden al gobierno del estado que les autoricen operar con al menos el 30 por ciento de su capacidad, pues de lo contrario, desaparecerán.
Teresa Papaqui, es dueña de los tradicionales Baños Papaqui, ubicados en la 34 sur y 11 oriente en el tradicional Barrio de Santa Bárbara, donde servidores públicos, políticos, dueños de medios de comunicación, entre otros, solían acudir en los 53 años que tenían funcionando de manera ininterrumpida.
"La crisis ya es grave, necesitamos reactivarnos porque se han afectado empleos y negocios…estamos dispuestos a escuchar a las autoridades, los invitamos a que se pongan en nuestro lugar", reiteró.
Los afectados ofrecen que la reapertura de estos lugares se haga bajo indicaciones sanitarias precisas, medidas de prevención y acciones constantes de control y limpieza.
Pero además, piden que se cancelen los cobros de sus licencias de funcionamiento, pues, pese al cierre, les piden pagar el 50 por ciento de los refrendos.
El representante de la Cámara de Baños y Bañeros de Puebla calculó que se han perdido 500 empleos en este sector.
Aseguró que los propietarios están desesperados porque ya no cuentan con recursos para operar ni pagar los sueldos de sus empleados que, dependiendo del lugar, pueden ir desde tres hasta 15 personas contratadas directamente, además de otros indirectos que dependían de este negocio familiar.
Papaqui añadió que en estas condiciones es imposible cumplir con los gastos de luz, agua, gas, seguro social y mantenimiento.
“Tenemos deudas de recibos de luz de 20 mil pesos, otra cantidad similar por concepto de gas, más lo que se genera por el mantenimiento”, señaló.
Consideró que en la reactivación económica no hubo piso parejo para todos los sectores de la economía, pues otras actividades sí se permitieron a pesar de los riesgos de contagio.
Dijo que los baños públicos debieron ser considerados como una actividad esencial, pues hay familias que no tienen agua en sus domicilios y en la pandemia, es indispensable el aseo personal.
Actividad clandestina
En un intento desesperado por llevar un sustento a sus familias, los baños públicos de la capital trataron de otorgar sus servicios de manera clandestina.
Sin embargo, al ser detectados, las autoridades del municipio de Puebla comenzaron a realizar diversos operativos para clausurarlos.
Desde el 25 de marzo a la fecha, mediante operativos realizados por la Secretaría de Protección Civil y Gestión de Riesgos, se han clausurado un total de 11 baños públicos que abrieron a pesar de estar prohibida su actividad en el decreto estatal por la alerta máxima de contagios de Covid-19.
Además de clausurar baños públicos por abrir clandestinamente, también han sido sancionados por carecer de las medias básicas de seguridad. En lo que va del 2021, el gobierno municipal ha realizado 29 exhortos.
Los decretos
El 23 de marzo de 2020, el Gobierno del Estado de Puebla dio a conocer el primer decreto en el que se estableció como medida de seguridad sanitaria, el cierre de salas de cine, teatros y auditorios, gimnasios, centros deportivos y sociales, clubes de servicio, sociales y/o deportivos y baños públicos.
También se suspendieron las actividades en los casinos, centros nocturnos, bares, discotecas, cabarets, de esparcimiento, exhibiciones, salones de fiesta, auditorios, piscinas, estadios y zoológicos.
Posteriormente, el 28 de diciembre de 2020, debido a un segundo repunte de contagios, el gobierno estatal emitió el decreto por Alerta Máxima, y suspendió nuevamente las actividades no esenciales.
Hasta la fecha, las restricciones se mantienen en baños públicos y otras actividades económicas no esenciales, debido a que prevalece un riesgo elevado de contagios en el estado.
Mientras tanto, los dueños de estos negocios han iniciado una campaña denominada “Porque también somos esenciales #sialbañoalvapor”
“De verdad esperamos que podamos ya abrir y trabajar con todos los lineamientos”, confió la dueña de baños Papaqui.
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