El Servicio de Administración Tributaria (SAT) afirmó que no vigila ni cobra impuestos por los depósitos bancarios que realizan los contribuyentes en efectivo.
Aclaró que no son sujetos de gravámenes todos aquellos depósitos que se realizan para gastos de padres a hijos o viceversa, pagos por venta de catálogo de cosméticos, utensilios de cocina y del hogar, aceites esenciales, entre otros, tandas o préstamos personales.
Lo anterio permite agilizar y eficientizar dichas revisiones y, por tanto, combatir de forma más expedita la evasión fiscal.
Por eso recomendó a la población en general informarse sobre las disposiciones fiscales y del régimen de contribución del que son parte.
ampoco se va a vigilar los depósitos de dinero en efectivo que hagan o reciban las nuevas emprendedoras de negocios por internet o a través de las redes sociales por las ventas que realicen de catálogos de ropa, calzado, utensilios de cocina y cosméticos entre otros.
Si vas a recibir un préstamo de un familiar o amigo, y le pides que te deposite en efectivo a tu cuenta bancaria, no será sujeto de fiscalización ni pago de gravamen.
En el caso de las transferencias bancarias, esas no están contenidas en las nuevas disposiciones que entraron en vigor a partir de enero del 2022.
Es decir que, si se hace una transferencia electrónica de un banco a otro, no hay razón por la que el SAT vigile ese movimiento o exija el pago de impuestos.
La medida que implementó el SAT en el 2022 es únicamente para los cuentahabientes que están bajo un proceso de auditoría o revisión por parte del fisco.
Actualmente los bancos están obligados a entregar cada año al SAT información de los que están en esa situación.
El cambio que aprobó el Congreso de la Unión en la Miscelánea Fiscal para el 2022, es que esa información se entregue cada mes y ya no de forma anual.
Lo anterior sirve para detectar las incongruencias entre los ingresos declarados al fisco y los recibidos a través de sus cuentas bancarias en depósitos en efectivo, pero solamente para los que ya están bajo la lupa del SAT, es decir, los que están en medio de una auditoría o revisión fiscal.