La cuesta de enero es, en general, una etapa complicada en cuanto a los recursos financieros, especialmente para aquellos que se excedieron en gastos durante la temporada navideña y de fin de año. Sin embargo, en la práctica, este periodo podría prolongarse más allá del primer mes del año.
Esto se debe generalmente a que, incluso en los primeros días del año, debido a la celebración del Día de Reyes y la tradicional partida de rosca, se incurre en gastos adicionales. Esta situación se traduce en una carga financiera que, en ocasiones, obliga a quienes incurren en un gasto excesivo a cargar con ella durante varios meses hasta equilibrar o sanear sus finanzas.
La cuesta de enero
Aunque la creencia es que la “cuesta de enero” dura únicamente unas cuantas semanas, la realidad es que el periodo de dicha “resaca financiera” dependerá de cada persona y su situación económica particular. Esto dependerá especialmente del excedente en su gasto corriente y de la cantidad de capital que pueda destinar para saldar las deudas contraídas.
Es importante considerar la posibilidad de que se hayan adquirido compromisos a cubrir en el esquema de meses sin intereses, que pueden ser de tres hasta 24 meses. Esto representará una carga excesiva si no se calculó adecuadamente la capacidad de pago.
Por ello, es vital que, previo a todo gasto, se planifique y se establezca un plan basado en los ingresos y el eventual excedente disponible para saldar la deuda. Dependiendo de la magnitud de la deuda contraída, es evidente que la cuesta de enero puede prolongarse varios meses más y volverse más o menos inclinada, según la planificación realizada.
Sin duda, la euforia del momento puede llevar a contraer compromisos de manera sencilla, pero por ello es necesario planificar con anticipación.
Recomendaciones
- Controlar los gastos.
- No acumular deudas.
- Planificar las finanzas.
- Comprar responsablemente.
La educación financiera es la clave.